Alvaro  Reizabal
Alvaro Reizabal
Abogado

No hay bandera de conveniencia

La «Flotilla de la Libertad» fletada por varias ONG de diferentes países que pretende llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza sigue en Turquía sin poder partir con rumbo a su destino, debido a las presiones israelíes, que ahora se han traducido en que Guinea-Bissau, la bandera de dos de los barcos fletados, les ha denegado el permiso para navegar bajo su pabellón, y sin bandera no pueden hacerlo. Parece que no hay siquiera una bandera de conveniencia, de esas que relajan las exigencias tanto en cuanto a costes como a seguridad, de las que están llenos los mares, y que vienen a ser algo así como los paraísos fiscales: pequeños países, que tienen miles de buques con su bandera surcando los océanos.

Llama la atención la capacidad de presión del pequeño Estado de Israel, tanto para conseguir que nadie preste su pabellón para llevar a cabo una misión estrictamente humanitaria, como para conseguir que nadie intervenga para detener una masacre perpetrada ante los ojos de todo el mundo. Hablan de la guerra en Gaza y Cisjordania, pero lo que vemos en las imágenes es un potente ejército que, día y noche, extiende la muerte entre una población desarmada y exánime por la falta de agua, víveres y medicinas. Para que haya una guerra tiene que haber, al menos, dos bandos similares enfrentados, y aquí solo hay uno que está haciendo desaparecer al otro, y que se niega a parar la escabechina anunciando que entrarán en Rafah, con o sin acuerdo. Antes les obligaron a ir desplazándose hacia el sur, y, ahora que ya tienen allí a los que quedan vivos tras la masacre, les quieren dar la puntilla.

Pero no solo es eso, es que las policías de gran parte del mundo que se llama civilizado reprimen con todos sus abundantes medios a aquellos que protestan por el genocidio, acusándoles de antisemitas y contrarios al sionismo. Y así pasa desde la vieja Europa, hasta en las universidades de los Estados Unidos, como la de Columbia, donde se plantean expulsar del país a los que protestan. A la vez, todos ellos envían armas a los agresores. Incomprensible.

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