Alvaro  Reizabal
Alvaro Reizabal
Abogado

Barra libre a los parques eólicos

Ahora ha llegado la barra libre para los parques eólicos. El Gobierno de Gasteiz ha aprobado diversos proyectos en distintos montes.

Los partidarios del negocio a toda costa no descansan y en cuanto surge la ocasión propicia salen a la palestra a defender sus postulados, cueste lo que cueste.

Con el encarecimiento de la energía, son varias personas las que han publicado que hay que dejarse de protección del medio ambiente y obtener energías como sea, sin necesidad de informaciones de impacto ambiental, que para ellas no son más que zarandajas que les dificultan sus millonarios negocios, o, al menos adecuarla a sus insaciables intereses. Algunas, abiertamente, defendiendo lo nuclear o el fracking, y, otras, aprobando modificaciones legislativas que les garantizan llevar a cabo sus proyectos en contra del criterio de los municipios afectados.

Ahora ha llegado la barra libre para los parques eólicos. El Gobierno de Gasteiz ha aprobado diversos proyectos en distintos montes, varios de ellos situados en municipios históricamente regidos por ayuntamientos de la izquierda abertzale. Se hace hincapié, además, en que esto les obligará a posicionarse, como apuntando a ver si se atreven a decir a sus votantes que se oponen a estas estructuras cuando les están cobrando la luz y el gas a precio de angulas en navidades.

El más claro ejemplo de estos municipios mártires es el de Usurbil, que tiene en sus proximidades la incineradora, la cárcel en construcción y, si no se remedia, un parque eólico en Eskeltzu, paraje de singular belleza, situado en parte en sus tierras y en parte en las de Zizurkil, municipio también regido por la izquierda abertzale.

Por un lado, se coloca a estos municipios en un brete, como si solo soplara el viento en sus tierras, pero por si salen respondones y se oponen a la colocación de los molinos gigantes, ya se ha introducido en la llamada Ley Ambiental, conocida como «ley Tapia», una enmienda que faculta al Ejecutivo a imponer el parque en contra del parecer de los ayuntamientos en caso de proyectos de interés público superior. Aunque los ayuntamientos se opongan, Arantza se hará la sorda. Como una Tapia.

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