Alvaro  Reizabal
Alvaro Reizabal
Abogado

El nuevo demonio polivalente

Todos creíamos que la crisis de Argelia y el cese de operaciones comerciales se debe al cambio copernicano que Sánchez ha imprimido a la postura española respecto del Sahara Occidental. Pero qué va.

Todos sabemos que la subida de la luz y de los combustibles empezó antes que la invasión de Ucrania, pero todos tenemos que oír a diario que esos aumentos que alcanzan cifras de récord se deben a la guerra y que la culpa de todo la tiene Putin. Lo mismo puede predicarse de la inflación galopante, que según decían iba a ser transitoria, un simple reajuste del sistema y que la situación remitiría por sí misma en unos pocos meses. Ahora está desbocada. Y es incontrolable, aunque suban los tipos de interés, porque el mismo día que lo hacen, reconocen que el incremento de un «cuartillo» no ha servido para nada, y que el mes que viene van a subirlos otra vez, con la inmediata consecuencia del encarecimiento de las hipotecas. Pero no hay que quejarse, que es por nuestro bien, y para paliar las consecuencias de inestabilidad global que está generando el conflicto bélico, obviamente, culpa de Putin, que no contento con la que está liando va a causar una hambruna en el mundo entero a consecuencia de imposibilidad de sacar el trigo y otros cereales que están almacenados en los puertos del Mar Negro, y toda la humanidad es dependiente de ese monumental granero.

Qué decir del gas y el petróleo. Resulta que ahora dicen que los europeos somos tan tontos que le financiamos la guerra a Putin con lo que pagamos por el gas y el petróleo, cada vez más caros y escasos, por lo que se adoptan sanciones y otras medidas contra el malvado, que no impiden que España revenda esos combustibles a países del norte de Europa a los que han cerrado el grifo, haciendo negocio.

Todos creíamos, y los obstinados seguimos creyendo, que la crisis de Argelia y el cese de operaciones comerciales se debe al cambio copernicano que Sánchez ha imprimido a la postura española respecto del Sahara Occidental, pasando de amigo del Frente Polisario y defensor del referéndum de autodeterminación a apostar por una autonomía dentro de Marruecos, de un país que jamás fue marroquí. Pero qué va. Craso error. Todo se debe a la influencia de Rusia en Argelia. O sea: a Putin.

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