Alvaro  Reizabal
Alvaro Reizabal
Abogado

Madre patria

Ahora, de repente, y a escondidas, se opta por la autonomía dentro de Marruecos. Dicen que es lo más práctico y han tardado más de medio siglo en darse cuenta.

Inolvidables los discursos de nuestros maleducadores (de pago) en la escuela cuando nos enseñaban las abismales diferencias de comportamiento entre España y las demás potencias colonizadoras. Franceses, ingleses y todos los demás solo perseguían esquilmar a sus colonias expoliando sus tesoros y materias primas y sometiéndolos con mano de hierro. Por el contrario, España no solo les transmitió su lengua y su religión, sino que los descubridores españoles tuvieron la generosidad de mezclar su sangre con la de los indígenas, eufemística manera de decir que violaban a las mujeres de los pueblos sometidos, de los que, además, se llevaron barcos y barcos llenos de oro, conseguido por la fuerza de las armas o estafándoles con trocitos de espejo que los indios creían mágicos y valiosísimos. El mensaje tenía como colofón que por eso podía decirse con orgullo que España era la autentica Madre Patria.

Ciertamente que la madre tenía varias categorías de hijos: los blancos peninsulares e insulares eran los preferidos; los americanos, a los que al menos se les reconoció la doble nacionalidad y los africanos del entonces llamado Sahara español, a quienes decían que eran la provincia nº 53, e incluso les dieron una especie de DNI, pero con el tiempo se comprobó que ni siquiera estaban reconocidos como ciudadanos españoles. Una tomadura de pelo que se culmina ahora cuando, al fin, la potencia colonizadora se quita la careta y cambia radicalmente de discurso. Desde que los españoles salieron de allí huyendo de la Marcha Verde cuando Franco agonizaba, habían mantenido el discurso propiciado por la ONU de que debía celebrarse un referéndum de autodeterminación en el que los saharauis decidieran su futuro sin que en 57 años se haya convocado. Ahora, de repente, y a escondidas, se opta por la autonomía dentro de Marruecos. Dicen que es lo más práctico y han tardado más de medio siglo en darse cuenta, aunque tampoco es raro que hagan lo mismo que con las nacionalidades históricas: nada de referéndum, si quieres autonomía y si no, 155 y muchas hostias.

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