Amparo Lasheras
Amparo Lasheras
Periodista

Como en un tango…

Con el fallo del TSJPV se ha demostrado que la huelga, además de un derecho, es también un instrumento eficaz para denunciar las arbitrariedades que tanto gustan a Confebask

La lucha de los trabajadores de Tubacex ha sido tan ejemplar como lo fueron muchas otras en este «oasis vasco», donde el PNV dice, igual que en la película de Barden, que «nunca pasa nada». Con el fallo del TSJPV se ha demostrado que la huelga, además de un derecho, es también un instrumento eficaz para denunciar las arbitrariedades que tanto gustan a Confebask y a los gobernantes que custodian sus intereses. Sin embargo, en la lucha de Tubacex existe una sombra. El recurso de la empresa ante el Tribunal Supremo es una espada de Damocles para los trabajadores. Hasta la CEOE y el PP han reconocido que, en las altas instancias judiciales, ellos tienen mayoría. Traducido a la práctica significa que existen más probabilidades de las deseadas para que el fallo del Supremo dé la razón a la empresa.

Me comenta un amigo que «solo los ingenuos creen que, en el Estado español, existe la división de poderes». Incluso algunas declaraciones institucionales sobre la sentencia del TSJPV nos llevan a la lógica de las puertas giratorias. ¿Recuerdan que el exlehendakari Ardanza y la consejera de Transportes, López de Gereñu han sido miembros del Consejo de Administración de Tubacex? A mi padre le gustaban los tangos, sobre todo uno, que prohibió la dictadura militar… ese que dice: «Cambalache…/ vivimos revolca’os en un merengue/ y, en el mismo lodo, todos manosea’os…».

Bilatu