Heroicamente bella

Hace un tiempo, escuché a una activista del movimiento feminista, comunista y librera, decir que el comunismo era una «idea preciosa». Me pareció una expresión tan bonita y tan lejos del léxico militante al que nos hemos acostumbrado que le dediqué mi habitual columna de los sábados. Me acaba de pasar lo mismo con la carta que un revolucionario cubano escribió la semana pasada a los que protestan y desean restablecer el capitalismo en la isla. El mensaje, publicado en el diario digital “Resumen”, señalaba con ejemplos claros y prácticos lo qué es el capitalismo y sus enormes diferencias con el socialismo y cómo esas diferencias destruyen los derechos y la libertad de los ciudadanos ya sea en Cuba o en cualquier otro país del mundo. Terminaba la carta con estas palabras dedicadas a la Revolución cubana: «La democracia participativa a la que aspiramos es la que cabe en esta Revolución socialista, inclusiva, amplia, militante, antiimperialista y heroicamente bella». Heroicamente bella. Al leer esta expresión como final a un magnífico artículo se me volvieron a romper los esquemas del lenguaje político. Era más una expresión de poeta para el pueblo que la de un teórico para convencer. Y pensé que la belleza de las ideas revolucionarias es algo que se da así; aunque haya pasado el tiempo y de pronto sean años, como dice Silvio, de las sombras siempre sales tú...

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