Señora consejera de Sanidad, imagínese que estoy delante de usted porque lo que escribo aquí no tendría inconveniente en decírselo cuando se sienta ante la prensa. Voy a relatarle un caso concreto con el que se identificarán muchas personas de Araba con enfermedades respiratorias, algunas muy graves. Hablo de un paciente con fibrosis pulmonar idiopática, tratado con Pirfenidona, un medicamento con posibles efectos secundarios importantes. En mayo de 2022 se percibió en él un avance de la fibrosis, un deterioro evidente de su estado general y, a pesar de reunir las condiciones necesarias, se le suspendió la consulta para participar en un ensayo clínico para un tratamiento contra la fibrosis. Después silencio total. A pesar de haber perdido veinte kilos y empeorar su capacidad respiratoria, Osakidetza canceló, una detrás de otra, todas las consultas. Fue ingresado por urgencias y salió dependiendo de una máquina de oxígeno 24 horas al día. Han pasado varios meses y el departamento de Neumología del HUA sigue ausente. ¿Qué explicación dan? Que no hay médicos. ¿Por qué...? Mire señora Sagaduy, cuando escucho el cinismo con el que usted y su gobierno capean el temporal de Osakidetza, me ratifico en la idea de que usted es como una quinta columna de la sanidad privada en la sanidad pública.