Amparo Lasheras
Amparo Lasheras
Periodista

Sería para reírse...

Esta vez, el vocerío se ha producido solo en grado de intención, aviso o amenaza escrita, dirigida a la ministra de Defensa

La esperpéntica insurrección para tomar el Capitolio, sede de las cámaras legislativas de EEUU, ha ensombrecido otra «algarada», no tan directa, protagonizada por militares retirados del Ejército español. Esta vez, el vocerío se ha producido solo en grado de intención, aviso o amenaza escrita, dirigida a la ministra de Defensa. En una carta, los 750 oficiales que firman la misiva aconsejan a la señora Robles lo siguiente: que ante el «riesgo» existente para la «convivencia», la «unidad indivisible de España» y la «permanencia de la constitución que normaliza la Patria», reconsidere «dar un buen giro al timón y cambiar de rumbo». ¿Hacia dónde? Conociendo las nostalgias franquistas de los que suscriben la misiva y los últimos manejos golpistas del Poder Judicial, no hay duda de que el citado rumbo marcharía por los mismos derroteros que reivindican los asaltantes del Capitolio: el fascismo salva patrias que en este siglo XXI posee la demagogia, la oscuridad y la perversión política suficientes para apropiarse del tan adulterado lenguaje de la democracia y la socialdemocracia juntas y luego… implantar sus reglas.

Todo lo que digo sería para reírse, si no fuese porque Trump y su grotesco equipo A de insurrectos tienen 75 millones de votos y, en el Estado español, los nostálgicos de Franco 52 diputados y, el pueblo, una galopante y peligrosa desigualdad social.

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