Anjel Ordóñez
Anjel Ordóñez
Periodista

Faltan balas

Sospecho que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no conoce la obra de Miguel Gila.

¿Es el enemigo?, ¿ustedes van a avanzar mañana?, ¿van a venir muchos? ¡Qué bestias! Yo no sé si habrá balas para tantos. Bueno, nosotros las disparamos y ustedes se las reparten». La mayoría de ustedes reconocerán este fragmento de uno de los monólogos más celebrados del humorista español Miguel Gila. Lo que quizá no sepan es que este madrileño luchó en las filas del Regimiento Pasionaria contra los golpistas de Franco. En diciembre de 1938, cuando todavía quedaban cinco meses para el final de la guerra, vivió uno de los capítulos más duros de su existencia. Lo recuerda en uno de los episodios de “Entonces nací yo. Memoria para desmemoriados”, su autobiografía: «Nos fusilaron al anochecer, nos fusilaron mal», escribió Gila. Capturada por miembros de la división del general Yagüe, su cuadrilla esperaba el final en Córdoba. «El piquete de ejecución lo componía un grupo de moros con el estómago lleno de vino». Delante de un terraplén, dispararon sus fusiles contra los catorce milicianos. Pero, ansiosos por seguir bebiendo, obviaron los tiros de gracia y Gila, herido pero vivo, pasó la noche fingiendo haber muerto, cubierto con la sangre de los cadáveres de sus compañeros. Sobrevivió. Este pasaje, como no podía ser de otra forma, marcaría su existencia, y también su carrera como cómico, en la que la guerra se presenta como recurrente manantial de humor, ironía y humanismo.

Sospecho que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no conoce la obra de Miguel Gila. La pasada semana, abogaba por «mantener el impulso» en materia de gasto militar. La conservadora alemana entiende que la última ha sido «una década perdida en inversiones militares», y reclama «aumentar las compras conjuntas porque es mejor operativamente para las Fuerzas Armadas, financiera e industrialmente». Añade en su discurso que «debemos asegurarnos de que el dinero se gasta de forma coordinada y que aborda nuestras lagunas», entre las que menciona «las reservas de material militar, como la munición». Pues Gila tiene la solución, señora von der Leyen: «Sólo he traído una bala, mi sargento. Pero se me ha ocurrido que le puedo atar un hilo y así vuelve después de matar a alguien».

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