Anjel Ordóñez
Anjel Ordóñez
Periodista

La docena del fraile

El clero, en general y cuando de los peculios se trata, es muy dado a llevar una contabilidad muy particular, una suerte de comunismo «sui generis»

El doce es un número casi perfecto. Desde que el ser humano sabe contar, ha estado presente en las principales esferas de la civilización, tanto en el ámbito mágico como en el científico. Doce fueron los dioses del Olimpo, las tribus de Israel, los apóstoles de Cristo y los frutos del árbol de la vida. También son doce los meses del año, los signos del zodiaco y los ciclos lunares. Doce estrellas tiene la bandera de la UE y doce fueron los caballeros del mito artúrico de la mesa redonda. Por último, pero no menos importante, los huevos se venden por docenas. Aunque no siempre.

Cuentan que, en una ocasión, un fraile mendicante acudió a una huevería y pidió una docena de huevos. Tras pagar el importe, rogó al huevero que se los repartiera de la siguiente forma: media docena para el prior, un tercio de docena para el deán y, finalmente, un cuarto de docena para él mismo, como recompensa por el recado. Si hacen ustedes las cuentas sabrán a qué se llama, desde tiempos inmemoriales, la docena del fraile.

El clero, en general y cuando de los peculios se trata, es muy dado a llevar una contabilidad muy particular, una suerte de comunismo sui generis en el que funciona el viejo adagio de «lo mío, mío, y lo tuyo, de entrambos». Lo menciono porque anda la Iglesia un pelín revuelta a cuenta de la pandemia y las restricciones que afectan al culto. Dicen que el cepillo está vacío y se queja el obispo, pero también el campanero. Había que oír la homilía del párroco de Valdepeñas de hace un par de domingos: «¿Qué son 20 euros al mes? ¡Es una ronda de cañas, no la ruina de ninguna familia! Y que conste que yo entiendo a aquél que se ha borrado de la contribución parroquial porque se ha quedado en el paro o porque se ha muerto». Muy considerado.

Pero bueno, que la Iglesia nunca pierde. Como poco, empata. Y aunque en general son muy celosos de la tradición, cuando de llenar la saca se trata no dudan en exprimir las nuevas tecnologías. La Conferencia Episcopal ha puesto en marcha el portal «donoamiiglesia.es», y desde mayo lleva ingresados 4,7 millones de euros. Libres de impuestos, faltaría más.

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