Arturo Puente
Arturo Puente

La audacia tiene premio

Muy poca gente entendió el movimiento estratégico de Vox cuando optó por salir de los gobiernos autonómicos que compartían con el PP. Quienes se encuentran lejos de sus tesis veían disparatada la maniobra, pues les hacía perder cargos, sueldos e incidencia política. Y todo ello a cambio de nada. Pero esta es una forma de pensar que encaja con etapas políticas ya superadas, o con izquierdas y derechas que solo se imaginan como muleta del bipartidismo, no como su superación.

Vox dio, en cambio, una inesperada muestra de arrojo, que tenía varias causas, pero un solo objetivo: colocar el hecho migratorio en el centro del debate y colocarse ellos en una orilla en la que están prácticamente solos contra todos los demás partidos en el Congreso. ¿Ha funcionado? Si se mira lo que ha pasado este verano, cuando todo el mundo ha hablado de inmigración –el PP casi lo ha convertido en su tema estrella pese a las contradicciones que le crea y el Gobierno también se ha visto obligado a hacer equilibrios–, la hipótesis de Abascal parece confirmada.

La extrema derecha aprovecha que vivimos una época de enorme descrédito de la política, donde el pragmatismo se confunde con falta de ambición y entreguismo, las promesas duran con suerte lo que la campaña electoral y las pruebas de coherencia nunca suponen renuncias para quien las protagoniza. De hecho, es el mismo caladero en el que pesca el recién elegido eurodiputado Alvise Pérez con el sorteo de su sueldo.

En el ciclo político que se abre, arriesgar es la única forma de ganar. Ha sido así durante años para Sánchez, lo ha sido para la izquierda francesa con su Nuevo Frente Popular y parece estar funcionando para los demócratas norteamericanos con Kamala. Hay ejemplos locales de lo mismo para dar y tomar. Que apunten, por tanto, los partidos que en el Congreso se han instalado cómodamente en la correlación de fuerzas para no arriesgar ni el cambio del desayuno. La audacia tiene premio y, si va acompañada de coherencia, puede obrar milagros políticos.

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