Arturo Puente
Arturo Puente

La teoría de las cloacas

La teoría de unas cloacas descontroladas que espiaban a todos encaja mal. Solo es útil políticamente, ya que sería la forma más rápida con la que el Gobierno podría sacarse de encima las responsabilidades

El escándalo del espionaje a una sesentena de independentistas dio un giro cuando el Gobierno confirmó que los teléfonos de Pedro Sánchez y de Margarita Robles, también habían sido atacados por Pegasus. A partir de aquí y a falta de explicaciones oficiales se han deslizado dos teorías. Por un lado, que hubo varias campañas de espionaje en paralelo, una que atacó a miembros del Gobierno y otra del propio Gobierno contra los independentistas. A la vez, otros han tratado de presentar la teoría de las cloacas como la más plausible.

Repasemos los hechos. Se sabe que estos programas, creados por la empresa NSO, solo se venden a estados. También sabemos que entre los estados que lo han comprado está España y también Marruecos. Sabemos que los servicios secretos alauíes actuaron en España en mayo de 2021, coincidiendo con el traslado del líder del Frente Polisario a un hospital de Logroño, que ocasionó una gran crisis diplomática. Para rematar, Marruecos ha sido acusado por fuentes fiables de tratar de acceder a teléfonos de otros gobiernos.

Ante tal avalancha de hechos, uno se pregunta cómo ha podido aparecer una tesis alternativa. La hipótesis de que un grupo de villarejos consiguiera adquirir el programa (además de vetado a particulares, carísimo), y lo utilizara durante años para entrar en los móviles de todo tipo de gente, del presidente Sánchez a la líder de la ANC, no parece muy lógica. Y menos aún que todos los ataques deban tener la misma fuente, más cuando el propio Gobierno ha justificado espiar a los independentistas.

Veremos cómo acaba, pero hoy la teoría de unas cloacas descontroladas que espiaban a todos encaja mal. Solo es útil políticamente, ya que sería la forma más rápida con la que el Gobierno podría sacarse de encima las responsabilidades. Pero tras la comparecencia de la directora del CNI en el Congreso y las nulas explicaciones sobre la gran mayoría de los teléfonos interceptados, son los servicios secretos españoles los que se han puesto solos bajo el foco. Y es difícil creer que una agencia como el CNI actúe por libre.

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