Belen Martinez
Belen Martinez

«In nomine patris»

Despatriarcalizar las leyes significa reconocer que existe un nexo de unión entre hombría, pareja violenta y padre maltratador

Todo, hasta la retórica, puede explicarse y aun justificarse. A pesar de los pronunciamientos sobre la violencia vicaria y contra el «síndrome de alienación parental» ideado por un pedófilo, la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia adolece de sesgos patriarcales. Persiste la distinción entre «presenciar», «sufrir» y «convivir» con la violencia de género, en lugar de niñas y niños expuestos a la violencia de género… Sigue existiendo la potestad de no suspender el régimen de visitas, estancia, relación o comunicación del inculpado, por mor del «interés superior del menor», previa evaluación de la situación de la relación paternofilial. Además, el hecho de ser niñas y adolescentes víctimas de violencia de género, o la identificación de las madres como víctimas de trata, son simples indicadores de riesgo.

Despatriarcalizar las leyes significa reconocer que existe un nexo de unión entre hombría, pareja violenta y padre maltratador. Un hombre violento con su pareja es incapaz de atender las necesidades vitales, de seguridad emocional, afecto, empatía, afiliación, cuidados continuos y autoconfianza de una hija, ya que carece de las competencias emocionales, sociales y cognitivas adaptadas a un pequeño ser humano en construcción, para posibilitar que esta pueda en un primer tiempo sobrevivir y luego desarrollarse.

Llueve sobre mojado. 

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