Ruben Pascual
Ruben Pascual

Cinismo electoral

Al igual que otros partidos, UPN y PPN suspendieron ayer sus actos de campaña por el fallecimiento de dos trabajadores en una empresa de Funes. Roza lo insultante que partidos responsables de una reforma laboral que ha degradado los derechos de una clase trabajadora ya de por sí castigada se lamenten ahora por sus consecuencias.

En junio de 2012, UPN apoyó con sus votos en las Cortes Generales la reforma laboral que el PP había aprobado meses atrás vía decreto ley. El propio Rajoy predijo que le iba a costar una huelga general, y así fue. No era para menos.

Al fin y al cabo, aquella reforma laboral, que parecía redactada en los despachos de cualquier patronal, no ha traído consigo nada más que precariedad para una clase trabajadora con la cadera ya amoratada de tanto apretarse el cinturón.

Así, resulta ofensivo, por hipócrita, que UPN y PPN anuncien la suspensión este lunes de sus actos de campaña por el fallecimiento de dos trabajadores en Funes.

Cada partido es soberano para decidir qué hacer con su campaña, faltaría más. Pero haber tardado más en suspender los actos por un accidente en territorio navarro que por el acaecido el sábado en Sevilla da qué pensar. En este tiempo en que abundan quienes interpretan la política más como un show televisivo que como un servicio público –no me refiero únicamente al citado episodio–, se llega a un punto en el que es difícil distinguir dónde está la separación entre la muestra de respeto y la sobreactuación, la figuración.

El no-acto convertido en mensaje electoral.

Ojo, no es que considere que el hecho de Funes no es lo suficientemente grave, sino que me parece verdaderamente peligroso frivolizar con este tipo de temas cuando hay quienes solo se mueven de cara a la galería.

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