Koldo Campos
Koldo Campos
Memoria que respira y pan que se comparte

Además de que mata

No es virtual la interacción del personal con los usuarios ni el teletrabajo permite cambiar sábanas o pañales. La anciana en silla de ruedas varada en un pasillo solo espera una mano.

Queda constatada una verdad tan obvia como extraviada. Pudo haber sido portada a principios de mayo cuando el Gobierno Vasco ya tenía en sus manos el informe que había pedido a su propio Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales en relación a la incidencia del virus en las residencias vascas de mayores, pero ha sido ahora cuando se acaba conociendo y confirmando una verdad de perogrullo que, sin embargo, el Gobierno sigue negándose a aceptar. El informe concluye que el binomio «muerte-personal» es inversamente proporcional. A más personal, menos muertes; a menos personal, más muertes. No creo estar descubriendo nada si agrego que este binomio funciona en todos los ámbitos de la vida y es de primer grado de lógica deductiva suponer que a mayor atención y cuidados en las residencias, menos caídas, golpes, fracturas, urgencias, extravíos y esquelas.

El problema es que la atención y el cuidado no se dan en el aire. No es virtual la interacción del personal con los usuarios ni el teletrabajo permite cambiar sábanas o pañales. La anciana en silla de ruedas varada en un pasillo solo espera una mano. La atención y el cuidado lo ponen las auxiliares y demás trabajadoras de las residencias gestionadas por empresas dedicadas a este negocio y que no solo no aumentan el personal sino que, incluso, lo reducen a un punto insoportable para las trabajadoras y para los usuarios. Y ahí sigue el Gobierno Vasco, sordo ante el reclamo de las trabajadoras de las residencias, asociaciones de familiares y usuarios.

La falta de personal en las residencias mata, es verdad, pero déjenme agregar, como usuario que soy de la residencia San Jose Egoitza de Azkoitia, que también causa errores y accidentes; genera tensiones entre trabajadoras y usuarios; produce ruido, discusiones, broncas; provoca urgencias, soledades, abandonos, tardanzas; ocasiona conflictos, lágrimas, olvidos, y jode y agota y revienta, además de que mata.

(Preso politikoak aske)

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