Por fin marcó Ronaldo. Y lo hizo por tres veces. El primero y el segundo dos golazos seguidos, uno detrás de otro, como los dos botellines de Coca Cola que retiró de su lado antes de culminar su extraordinaria tarde con un hat trick al sacar de la nada un botellín de agua, darse un trago y recomendarla. Todo ello arrancando una rueda de prensa. Lo vi y no era un montaje. Al día siguiente leía en GARA las millonarias pérdidas que había supuesto ese simple gesto para una de las patrocinadoras del campeonato de Europa de fútbol.

Tantas veces que le he largado sapos a Ronaldo y, mira por donde, aquí estoy celebrando su hat trick.

Pero se está revisando la jugada en el VAR porque no queda claro si los contratos firmados lo dejan en fuera de juego y ninguno de los goles debió haber subido al marcador o si se sanciona que ningún deportista tiene obligación de aceptar que se asocie a su persona o a su imagen productos perjudiciales para la salud, sean sodas, cervezas, comida chatarra o casas de juego y apuestas.

La noticia, como el vídeo, casi ni se ha visto en los medios. Ha sido otra noticia fugaz. Vivir de la publicidad tiene esos riesgos y la gran mayoría de los medios «no muerde la mano que le da de comer».

Temo que cualquier día aparezca Ronaldo, sudoroso, en la playa, bebiendo esa cola de mierda, y ese será el anuncio más visto de la historia. Dará igual que haya sido un doble. Yo, como siempre, dando ideas al enemigo.

(Preso politikoak aske)