Ayer, día de reflexión para los habitantes de las Vascongadas. Los del Viejo Reyno nos libramos de tan exótico e innecesario ejercicio propio de tiempos anteriores a la IA (Inteligencia Artificial, no confundir con Izquierda Abertzale), ejercicio consistente en el agotador proceso de pensar detenidamente acerca de algo con la finalidad de sacar conclusiones que clarifiquen la decisión a tomar. Hay quien dice que el proceso de reflexión es un acto mental con un doble recorrido, primero dirigido hacia un objeto exterior y posteriormente vuelto hacia sí mismo para tomar conciencia (falsa o no, eso es otro cantar) de una situación dada. El sujeto en el acto reflexivo ve y es consciente de su manera de ver lo que ve y por qué. Yo miro y escucho a Eneko Andueza y no entiendo nada, vuelvo hacia mi mismidad interior y sigo igual. Sobre la nada de una oratoria carente de enunciados con nexos argumentativos es imposible la reflexión. La nada nadea, que diría el otro. En vez de aburridos programas electorales, TIKTOK, donde el candidato lo explica todo en 15 segundos. Una imagen vale más que mil palabras, dijo un necio.Hoy, día Mundial de la Creatividad y la Innovación. No hay más que ver a tan creativos candidatos a lehendakari y escuchar sus innovadores discursos, clamando al unísono “que vienen los bárbaros bilduetarras para acabar con la civilización y el oasis vasco”. Dice Pradales que la asignatura de ética sigue pendiente en Bildu porque es Sortu, que antes era HB y por lo tanto ETA. Andueza tilda a la izquierda abertzale de peligro para la democracia. Curioso que dos partidos centenarios hibernados durante más de cuarenta años critiquen con tanta alegría a quienes arriesgaron hacienda, cárcel y vida luchando contra la dictadura mientras ellos se ponían calcetines rojos, verdes y blancos para ir al monte a bailar como forma de resistencia. De ética y democracia hablan los que no dudaron en colaborar con la ilegalización de adversarios políticos con ayuda de jueces nombrados por ellos para alcanzar gobiernos. Amnesia la suya.
