Un 28 de marzo, el de 1939, entraron 'los nacionales' de Franco en Madrid. Aún permanecen. «No pasarán decían los marxistas/Ya hemos pasao, decimos los facciosos» cantaba la vedette Celia Gámez, vendedora de favores a Millán Astray y a Alfonso XIII, abuelo del emérito. Pasaron y aún permanecen. La historia ocurre dos veces, como ya vaticinara Don Carlos, la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa. Ahora no es la Gámez de la agitación y propaganda fascista, ahora el personaje grotesco lo representa un ser de mirada perdida y voz incongruente, un cruce entre Mariquita Pérez y Tiffany Valentine, la novia de Chucky que detenta la presidencia de la comunidad de Madrid: «Comunismo o Libertad» para acto seguido explicarnos, ojo al parche, que la Libertad es Ella y sus amigos y el Comunismo, lo que no es ella y sus amigos; como ese producto de colegio del Opus y universidad católica, una suerte de monaguillo de mesilla, alcalde de la capital de los españoles al que han nombrado nada menos que portavoz nacional del PP. ¿Y qué cosas nos dice el alcalde-portavoz nacional? Como ejemplo y cito literalmente al lumbrera: «Las infantas no son familia real sino familia del rey». No se abrieron los cielos y bajó la mano de Dios para desnucarlo porque Dios no existe.

Y como en esta parada de monstruos eran pocos, se sumó Toni Cantó. Hace tres días, asqueado dejaba ‘‘la política’’ para dedicarse a lo suyo, que al parecer es el arte de la interpretación. Le habían ofrecido ‘dos propuestas’ televisivas que iba a estudiar. No han debido convencerle al actor del método pues se une a las filas de Isabel contra el comunismo. Hombre de firmes y arraigados principios, UPyD, C’s, ahora PP, mañana Vox; mismos perros con idénticos collares rojigualdos y similares ladridos nacional-católicos. Y además se dicen liberales. ¿Argumentario? Para qué. Por el camino que vamos y con esta tropa, Joseph Goebbels acabará pareciéndonos un intelectual.

Ya lo dijo Sartre: «Todo anticomunista es un perro». Y acertó.