Los discursos de los mítines iniciales de campaña electoral daban una idea de los posibles derroteros por los que transcurriría la misma. Eran preparados durante meses por los diferentes asesores de los candidatos y candidatas: las ideas-fuerza, los argumentos y contraargumentos, la delimitación de lo principal y de lo accesorio, el programa máximo y el mínimo, lo vitalmente necesario y lo puramente complementario; los aliados tácticos, el enemigo principal y los enemigos secundarios. Elecciones madrileñas.

Isabel Díaz Ayuso: «Cada mañana se pelea, hay grandes distancias, el nivel adquisitivo de la ciudad es compleja en muchas ocasiones, es decir, es una vida difícil pero sin embargo es una vida apasionante porque en Maaadrí después de un día trabajado, un día sufriendo, nos podemos ir a una (crescendo) terraaaaza a tomarnos una cerveeeeza y vernos con los nueeestros». Éxtasis del personal y aplausos. Lo pasión en Madrí es cerveza en terraza, anteriormente, el relaxing cup of café con leche. Van avanzando.

Ángel Gabilondo: «Nosotros queremos progresismo, posición progresista, progresión, proceso de situación en la que estemos en un progresismo moderado pero abierto, centrado, no de centro, con los brazos abiertos en las dos direcciones». ¿Cuálo? Ya dijo Ortega que la claridad era la cortesía del filósofo.

Irene Montero: Al asalto del cielo y transformando la realidad. «Todos, todas y todes; niños niñas y niñes; hijos, hijas e hijes; escuchados, escuchadas y escuchades». El proletariado y el resto de las clases populares presentes quedan inclusivamente atónitos, atónitas y atónites.

La caterva de Vox son los únicos que se hacen entender. ¿Ca pasao colegas?

Si «Madrid es España dentro de España» como decía la dipsomaníaca cervecera, que Dios nos coja confesaos. Hay que irse a la mayor brevedad posible.