Desde Putin hasta Trump muestran su pesar y tristeza por la muerte de Elizabeth Alexandra Mary, reina de la Gran Bretaña. Banderas a media asta por doquier. Tres días de luto han decretado Bolsonaro en todo Brasil y la otra Isabel Iª, reina de Madrí y Tabarnia, en todos sus territorios a salvo del comunismo, donde toman cañas en libertad. Luto también en el país del chotis por la renuncia del Defensor del Español, Toni Cantó. Ahora, una vez consolidado el español en Madrí, como le pasaba al Che Guevara, “otras tierras reclaman el concurso de sus modestos esfuerzos”, ahora es Valencia el territorio a liberar como antaño lo hiciera Rodrigo Díaz de Vivar, al que llamaron el Cid Campeador. Como candidato de Vox y presentador televisivo de un canal televisivo de extremo centro a un tiempo. No hay moros almorávides a los que echar al mar, como cuando el Cid, pero a buen seguro hay un montón de menas robando la jubilación de católicos octogenarios, amén de separatistas y rojos desafectos al Régimen.

Dicen en los periódicos, las televisiones y las radios que la institución monárquica unía a todos los británicos. Y dicen bien. Aunque no quisieras te unían oye. Pasó en Canadá, la India, China, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Ceilán, Jamaica, Papúa, Nueva Guinea, Bahamas y decenas y decenas de países, colonias y protectorados (gracioso nombre). El Imperio más extenso, 35millones de km² y 500 millones de súbditos, la cuarta parte de la población mundial de la época (eran algunos más antes de que los unieran al Imperio, pero al no entenderlo se empeñaron en morir por no querer ser libres y defender unas materias primas que no les servían para nada al ser incultos y salvajes, no civilizados.

Los compañeros irlandeses pueden dar fe de lo que une la monarquía inglesa. Elizabeth, como todas las reinas anteriores, ha sido una madre para ellos. Y ahora Carlos, el rey de la metáfora: el tampax de Camila. Su reinado sea más breve que el de su madre. Un saludo a los seguidores del Shamrock Rovers

¿Reyes? Los del mus.