De manera inaudita, al presidente de Ucrania lo humillaron en directo urbi et orbi los que le facilitaron las armas con las que enfrentarse a Rusia. Se cobran la inversión, solidaridad la llamaron, y lo van a hacer con creces: petróleo, gas, tierras raras y lo que sea menester para engrandecer América. Al zaherido geyperman de combate ucraniano no le queda otra que lamerse las ofensas, desterrar la dignidad, acatar la rendición que le dicen paz firmada en su nombre y entregar todo lo que tenga a bien solicitarle el amo de Occidente y de la OTAN. Ningún otro humorista, ni tan siquiera el difunto Arévalo, había provocado tanta vergüenza ajena.El pasado miércoles Marco Rubio acudió a una rueda de prensa con una cruz de ceniza en la frente (rito que da inicio a la Cuaresma en diferentes corrientes cristianas) y lo hace, no como sujeto privado y acólito de una de las sectas, sino como el Secretario de Estado de EEUU Lo hizo para hablar del destino de Ucrania y Palestina. Nada importan sus habitantes, son negocios. Se decía que era preferible un malo a un tonto. Una disyuntiva ya obsoleta, pues necios que son canallas ejecutan las políticas económicas al servicio de las élites oligárquicas y empresas transnacionales, procurando la acumulación del Capital. Los mismos empresarios son los que directamente, y sin mediaciones, parasitan directamente las estructuras del Estado, que siempre fue de clase, para deshacerse de toda institución que sea una posible traba para sus intereses inmediatos. Lo quieren todo y lo quieren rápido, sin intermediarios.¿Y la respuesta de Europa a la guerra económica declarada por USA? Una Europa trufada de bases militares yanquis: en Alemania, 123; medio centenar en Italia; 23 en Reino Unido; España disfruta de Rota y Morón de la Frontera. Pero Macron insiste que el único enemigo es Rusia y quiere liderar la cruzada. «Aux armes, citoyens!», entona exultante Emmanuel.¿Y China, principal objetivo de EEUU? China, recordando a Mao: «Reina una gran confusión bajo los cielos, la situación es excelente».