Una de las particularidades de la batalla política en Nafarroa Garaia es el peso de la historia no precisamente cercana. Aquí, tras muchos años de batirnos en torno a la conquista de 1512 y acercarnos a la batalla de Orreaga-Errozabal, ahora andamos a vuelta con la mano de Irulegi. Podríamos decir que la lucha ideológica toma a veces la forma de lucha arqueológica y esto es mucho más que un (mal) chiste fácil: igual no todo agujero es una trinchera, pero casi todo yacimiento tiende a serlo, ciertamente.La cosa viene de muy lejos, pero me pregunto si llegaremos a saber cuántos elementos de cultura material han desaparecido, han dejado de aflorar o han sido interpretados de manera tendenciosa en las últimas décadas porque no encajaban en los relatos oficiales sobre nuestro pasado. Por otra parte, ya se sabe que la ideología dominante niega ser ideología, es solo sentido común o ciencia, según convenga, así que su irradiación se realiza desde instancias supuestamente neutrales, por medio de profesionales que se presentan a sí mismos como objetivos. A veces, sin embargo, la pretensión de neutralidad es imposible de mantener. Es el caso de Pompaelo, una asociación «volcada en la divulgación de la historia, tradiciones y valores del Reyno de Navarra» que está detrás de la denuncia contra el Ayuntamiento de Iruñea por su apoyo a la Korrika, ahora rechazada por los tribunales. También estaba −¡qué cosas!− entre los convocantes de las movilizaciones contra la transferencia de Tráfico a Navarra y, en 2024, apoyó la fiesta de la «Benemérita» con un comunicado firmado junto a otros grupos similares en el que se denunciaba la «leyenda negra», se afirmaba que «España fue pionera en la defensa de los derechos humanos» y se llegaba a proclamar que no «tuvo colonias» sino «provincias a ambos lados del Atlántico». Pompaelo, según señalan en su web, no solo es una asociación, también es una «peña sanferminera». La trama facha puede esforzarse, pero le se ve la patita.