Ya lo dije en esta columna y lo repito, creo que EH Bildu está actuando con sentido de Estado, eso sí, de Estado vasco. Ciertamente, esta es la perspectiva de un Estado que todavía no tenemos, por eso la lógica política estatal vasca es la de la creación de esa república en obras desde unos fragmentos de estado (a lo Jellinek) una y otra vez erosionados y en peligro constante, por lo que tiene mucho también de resistencia.
Esto solo puede hacerse conociendo los tiempos que nos ha tocado habitar, en los que el autoritarismo avanza a marchas forzadas y las rivalidades geopolíticas alimentan nuevos belicismos y desplazan la agenda aún más hacia la derecha. Como la extrema derecha es el plan B del capitalismo, cuando la disputa política es liderada –como en las recientes presidenciales en el Estado francés– por liberales y posfascistas, lo más relevante es el achicamiento del espacio para las alternativas.
En ese ambiente, con fuertes presiones para una restauración del régimen del 78, el independentismo vasco debe ser capaz de navegar hacia el siguiente puerto. Simular estrategias sobre el papel es muy sencillo y hay quien se deja llevar por la tentación de esperar que un giro hacia un españolismo más brutal despeje el camino hacia nuestra república, pero ya hemos aprendido de Grecia, Escocia y Cataluña que conseguir una mayoría soberanista es muy complicado, pero además hay que tener un plan para materializar esa aspiración política frente a las fuerzas que desprecian la razón democrática.
Cada día llegan nuevos mensajes que nos indican que el PSOE busca, tanto en Madrid como en Iruñea, fórmulas de restauración con la derecha. No es una sorpresa y ante ello, sentido de Estado implica afrontar con responsabilidad estos desafíos, asumiendo contradicciones y riesgos y mostrando que el soberanismo es funcional para las mayorías sociales vascas. Se llama estrategia y sin ella no hay futuro.
Turbulencias en Madrid e Iruñea
En ese ambiente, con fuertes presiones para una restauración del régimen del 78, el independentismo vasco debe ser capaz de navegar hacia el siguiente puerto.
