Iñaki Lekuona
Iñaki Lekuona
Irakaslea

A un dedo

El otro día a una mujer se le ocurrió mostrarle el dedo corazón al candidato Zemmour, quien replicó con el suyo y con la frase «pero hasta el fondo». Y ha subido en intención de voto. Y esta es, señoras y señores, la Francia del siglo XXI.

La extrema derecha estaría a un dedo de ganar las próximas presidenciales francesas según la mayoría de las encuestas. La izquierda, sumando la jacobino populista de Melenchon, la de la actual alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, y la del trostkista Philippe Poutou, no llega al 15% del electorado. El resto es derecha, derecha extrema y, sobre todo, extrema derecha. Los que quieran llorar, que vayan pasando, pero rapidito, no sea que les tomen por sensibleros infrahumanos y acaben en las cámaras de gas. ¡Hala! Ya está el exagerado de turno: que Francia haya virado radicalmente hacia estribor no significa que acabemos como en la centroeuropa de los años 40. No, en efecto, que dos de cada diez votantes se inclinen por Marine Le Pen, y casi otro tanto lo hagan por Éric Zemmour sólo nos dice que a casi la mitad de los electores franceses les va el rollo de Adolf Hitler, a ver, no exactamente el mismo rollo, pero nos entendemos. El otro día a una mujer se le ocurrió mostrarle el dedo corazón al candidato Zemmour, quien replicó con el suyo y con la frase «pero hasta el fondo». Y ha subido en intención de voto. Y esta es, señoras y señores, la Francia del siglo XXI. Vale, vale, que lo de las cámaras de gas es exagerado, pero lo de este país está a un dedo de dar mucho miedo. Tanto que nos vendrán con que la salvación es Macron, que no tiene un puñetero dedo de frente.

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