Como un eco invertido, el no hay dinero se va repitiendo cada vez más audible y cada vez más amenazador a este lado del Pirineo. Se ha gastado demasiado, nos grita desde lo alto de la cumbre del ministerio de Economía, Éric Lombard, para quien «Francia se encuentra en un estado de urgencia presupuestariaç. El sistema financiero de la República sigue en pérdidas y para el presupuesto que viene es necesario reducir el déficit público en 40 mil millones. Para ello, el gobierno ha anunciado que se centrará principalmente en recortes del gasto público, evitando, aseguran, aumentos de impuestos. Eso sí, escalar esta montaña necesitará del «esfuerzo de todos». Por ello, el primer ministro François Bayrou, desde lo alto del dominical conservador francés, lanzó ayer la posibilidad de someter a referéndum su «plan de reforma económica del Estado». O sea, que el esfuerzo tenga respaldo refrendario. A nadie se le escapa que los recortes afectarán, entre otras carteras, a Educación, maltratada públicamente y en constante proceso de desafecto social. Salvo aquí, donde un año más como un eco conocido, este domingo miles de personas se acercarán a Senpere para reivindicar que la enseñanza no es gasto, sino inversión. Inversión en el futuro del país del euskara y de sus habitantes. Si quieren aprender, ahí tienen cultura del esfuerzo.