Pero en realidad no hay guerra alguna, sólo humo. Una humareda tras la que se esconde un sistema que busca perpetuarse a nuestra costa y que para ello alimenta inseguridades, como la de la inmigración o la de la enfermedad, sin dar en ningún momento no ya una solución, ni siquiera una respuesta.
La decimotercera letra del alfabeto griego, la o pequeña, identifica a la última variante de la Covid, Omega es la última, como la zeta de Zemmour, tan peligroso como una enfermedad virulenta, pero contra el que no hay vacuna eficaz. Con la sanidad desmantelada, la política herida de muerte, y la ciudadanía mirando hacia la extrema derecha y no precisamente con temor, el miedo conquista bastiones que hasta ahora, por cultura democrática, eran inexpugnables. Y en toda esta trama, es difícil quitarse de encima esa extraña sensación de que desde el gobierno francés y más allá de él algunos nos están haciendo un griego.
