Irati Jimenez
Irati Jimenez
Kazetaria eta idazlea

Admirar

Las personas y las sociedades tenemos que ser capaces de ver los defectos de quienes nos precedieron con naturalidad y de admirar sus virtudes con decisión

En el último episodio del podcast Renegades, una fascinante conversación en ocho capítulos entre Bruce Springsteen y Barack Obama, el expresidente de los Estados Unidos reflexiona sobre la importancia de mirar al pasado siendo capaces de ver los errores de sus protagonistas y de admirar al mismo tiempo sus virtudes, una tarea que, al igual que Obama, yo también considero esencial para el progreso social y que suele ser particularmente difícil para los hombres que han sido socializados en una competencia sin cuartel con sus semejantes y un binarismo mental inhumano en el que los colosos del pasado están condenados al pedestal o la ignominia y solo pueden ser ideales para quienes niegan sus defectos o inservibles para quienes hacen lo mismo con sus virtudes.

En mi experiencia el problema de la admiración –una forma de mirar en la que vemos al mismo tiempo que nos elevamos, sin caer ni en la idolatría ni en la miopía– es central en la construcción de la masculinidad y digo problema porque las personas y las sociedades tenemos que ser capaces de ver los defectos de quienes nos precedieron con naturalidad y de admirar sus virtudes con decisión, para poder inspirarnos en ellas y aspirar siempre hacia nuestra mejor versión. De lo contrario, dejamos la puerta abierta para que los cínicos y los cobardes se ensañen con ancestros que no pueden defenderse, una práctica en auge que está favoreciendo el discurso de quienes pretenden que pasemos por alto la nefasta gestión de la crisis sanitaria con el argumento de que los vascos nunca fuimos tan buenos como nos creímos y nuestros éxitos del pasado fueron un elaborado engaño colectivo favorecido por nuestra febril imaginación nacionalista, un discurso desmoralizador que allana el pasado a la baja para eliminar comparaciones odiosas y que solo favorece a quienes están faltando a sus responsabilidades.

Cuidado. No estamos viviendo un capítulo particularmente luminoso de nuestra historia pero si apagamos las luces del pasado viviremos en las tinieblas para siempre.

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