Irati Jimenez
Irati Jimenez
Kazetaria eta idazlea

No es fácil ver España

Lo que me resulta más difícil de entender es que a los vascos nos pase igual. Que no veamos el gravísimo problema de un Estado que nunca ha funcionado

No es nada fácil. De ahí que su mejor expresión en la literatura sea la historia de Don Quijote, un loco que se cree todo lo que lee y cuando mira su país ve una cosa completamente diferente de la que hay. La genialidad de Cervantes, que era uno de los pocos hombres de su tiempo -y de cualquiera- que quería vivir con los ojos abiertos, consiste en haber creado una herramienta valiosísima para revelar la realidad española basándose en una premisa completamente contraria a la realidad porque en España lo raro es no estar loco. En el imperio en el que no se ponía el sol, quería el emperador que se viviera en penumbras y, en el Estado que le ha sucedido, quieren sus élites extractivas que vivamos a oscuras. España no es un destino, es un delirio universal.

Por eso, todos sus grandes artistas y todos sus genios han tenido una enorme voluntad de luchar contra la ceguera de sus compatriotas. Y, por eso, no debe extrañarnos que Cervantes estuviera varias veces en la cárcel, que Larra se suicidara antes de cumplir los 30, que Goya -como Cernuda, como Salinas, como Bergamín, como tantos- muriera en el exilio y que Franco eliminara del Registro Civil a Galdós. Si ver España es difícil para los españoles es porque hay fuerzas empeñadas en que no lo hagan y en ese océano de mentiras resulta muy difícil ver el agua.

Lo que me resulta más difícil de entender es que a los vascos nos pase igual. Que no veamos el gravísimo problema de un Estado que nunca ha funcionado y en el que no podemos aspirar a existir democráticamente porque no tiene los mimbres para ser democrático. Y sin embargo hay vascos, liderados irresponsablemente por una élite que ya no disimula sus ambición de ser tan extractiva como la española que, o no lo ven porque no les interesa, o no les interesa y, por tanto, no lo ven. Y quizá no debería asombrarme porque el único personaje, aparte de Sancho, que mira a Don Quijote y ve un caballero en vez de un pobre hombre es un vizcaino. O sea, un vasco.

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