3 kazetari itzulia

Esto no tiene solución

Iñaki Telleria

Chris Froome llegó a este Tour como uno de los grandes favoritos para ganarlo. Su exhibición del año pasado, en el que no ganó por obediencia debida a su jefe, así lo anunciaba. Contrarrelojea como el mejor y sube como nadie. Su demostración en Mont Ventoux despejó cualquier duda. Solo una caída podría quitarle esta carrera.

En esas estábamos, hablando solo de deporte, cuando tuvo que volver la burra al trigo. Desde el propio ciclismo comenzaron a dejarse caer dudas sobre la honestidad de Froome. Llegaron las sospechas de dopaje.

Resulta asombroso que ni corredores ni directores pusieran el grito en el cielo por la gravedad de las insinuaciones y se limitaran a decir que no, que ellos no creían que Froome hiciera trampas. En lugar de cortar por lo sano cualquier suspicacia, porque, a fin de cuentas al que se está poniendo en duda es uno de los suyos, aunque circunstancias de la vida le han puesto en otro equipo.

Han optado por el sálvese el que pueda. Está visto que no, que este deporte no tiene remedio y es que nadie –o eso parece– de los que están dentro quiere limpiarlo.

P.D.: Froome –mientras nadie demuestre lo contrario– es muy bueno, lo que quizás no se puede decir del resto de corredores que partían como aspirantes a ganar este Tour o a estar arriba en la clasificación, ni siquiera de los vascos. Algunos quizás echan en falta los solomillos de Irun.