Me chifla cuando mi amada Mo/Julito vuelve a contarme que de txiki entendía el habla de las perras, las perras de cuatro patas (Una vez más, desgenero en femenino). Dice que se cuentan un montón de cosas cuando solo creemos que ladran, y que sabían que ella sabía lo que estaban diciendo, y por eso también le hablaban. No tengo ningún motivo para no creerla. Hoy sabemos científicamente que las murciélagas frugívoras mantienen cuatro temas de conversación primordiales, sexo, comida, sueño y cotilleos, y que se llaman por nombres propios. Que las aves se transmiten información a distancia a través de sus cantos y cada grupo de ballenas se comunica en su propio dialecto. Hemos distinguido dos mil sonidos diferentes emitidos entre las cuervas y sabemos que organizan funerales cuando una muere. Hay primates que aprenden palabras humanas y en el vocabulario de las elefantas, hombre y peligro se dice igual. Como nosotras, las demás animalas no se comunican solo verbalmente. Ahora volvemos a saber cosas que ya sabíamos, descubrimos que el supremacismo androcéntrico nos colonizó antes en Europa, y así, como conquistadas primero y conquistadoras después, lo reproducimos contra otras.
Escuchó al graderío corear mono a Vinicius, y lloro desconsoladamente. Por cierto, no queramos creer que racistas son las españolas y no nosotras: el mismo maltrato supremacista recibió en marzo en El Sadar. Todas las humanas somos primates, pero una blanca nunca sabrá lo degradante que es como insulto. Camina al lado de alguna racializada y lo sabrás en carne ajena: en los primeros meses de mi idilio con un chico negro y trans, lo detuvieron dos veces porque sí, y presencié tanta violencia contra él que sigo asombrada de que sigas vivo, amado Maro.
Concluyo con la gran Gloria Steinem. «Solo entre los últimos quinientos y cinco mil años, dependiendo de la zona del planeta, se ha privado de divinidad a la naturaleza, a las mujeres y a ciertas razas, todo ello con el fin de facilitar la conquista de la naturaleza, de las mujeres y de ciertas razas».
