Itziar Ziga
Itziar Ziga
Una exrubia muy ilegal

Señoros explicándonos a Gisèle Pélicot

Ante el precioso acto de desvelamiento voluntario y político de Gisèle Pélicot, leo replicada esta advertencia de «expertos»: cuidado, no se puede exigir a todas las víctimas de violencia machista que den la cara. Valientes mentecatos que tratan de convertir un acto tan libertador para todas las mujeres en un posible conflicto entre nosotras, reinfantilizándonos como siempre hizo el patriarcado. Porque claro, somos tan irremediablemente inseguras que si una da un nuevo paso al frente tan potente, tan emocionante, que nos ha costado décadas de empecinamiento feminista y lo sabemos, todas las demás nos confundiremos y nos presionaremos para hacerlo en bloque. Somos tan volátiles que no nos percibimos individuas ni nos hacemos fuertes identificándonos en la diferencia de nuestras historias. Ja. Por eso tienen que aconsejarnos y rebajarnos, lo que no saben, porque solo se escuchan a sí mismos, es que no les hacemos ni puto caso.

Por cierto, en 2019, una de las víctimas de violación más famosa, aunque anónima de los EEUU, dio el mismo paso. Se llama Chanel Miller y también está publicado en castellano su alucinante libro, “Tengo un nombre”. Incluso fue invitada a la fiesta que se celebra tras los Óscar, ¡supongo que acudió para obligar a todas las víctimas a mostrarse! Es desternillante cuando cuenta como se meaban de la risa su hermana y ella eligiendo el modelito para el juicio: ¿así tengo pinta de violada? Tampoco tienen que explicarnos los expertos los matices de la palabra víctima, habla ella. «No me molesta la palabra víctima. Es interesante porque mientras tú no la pronuncies, tu agresor sí que se apropiará de ella. El mío lo hizo. Decía que la víctima era él. Se autoasignó la pena y el derecho a la empatía, como si él fuese el que realmente había sufrido el daño por lo ocurrido. Lo que me molesta, el miedo que me genera el término en sí, es que cuando una mujer es agredida sexualmente y se introduce así al público, su narrativa, su historia, empezará en la agresión. Y la violación nunca es el inicio de la vida de una persona».

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