Antes era habitual que los candidatos se retaran a debatir en público. Ya no. Ahora son nada menos que UPN y PNV los que huyen del debate como del agua hirviendo.

Tras el cara a cara con Araiz, los regionalistas han debido pensar que es mejor escaparse que escaldarse. Tanto Esparza como Maya esquivan ya los encuentros con el resto de cabezas de lista.

En Gipuzkoa son los peneuvistas Markel Olano y Eneko Goya quienes se agazapan tras montañas de tierra. Bidegi, el asfalto y el cemento tienen muchos túneles sin iluminar y muchas curvas peligrosas. Pero si tan limpia fue su actuación como defienden vehementemente desde el partido que los ha vuelto a proponer, ¿por qué no contrastan en público? ¿A qué temen? ¿Será el silencio la respuesta a los problemas del futuro?

De lo hecho, mejor callar; de lo que está por hacer, mejor no hablar.