Esta semana se han cumplido 25 años desde que salió por primera vez a las calles de Buenos Aires el periódico "Página 12" y lo han celebrado con un suplemento que recoge mucho de lo bueno que tiene ese diario: una línea editorial clara, profundidad en el tratamiento de temas, una visión alternativa bien articulada sobre cómo debe ser la Argentina dentro del contexto latinoamericano y firmas, muy buenos redactores y articulistas que escriben muy bien. Personalmente, con el permiso de nuestros hermanos y hermanas de "La Jornada", es el periódico en castellano que más a gusto leo.
Y esa es una de las claves de un buen periódico: debe dar satisfacciones a sus lectores. No creo en los periódico que se compran solo por compromiso, por militancia. Al menos, no creo que esa clase de proyectos tengan demasiado futuro. Por eso, tal y como recuerda uno de nuestros redactores más veteranos, un periódico debe de ofrecer al menos a diario una pieza que le haga al lector sentirse orgulloso de hacer el esfuerzo de comprar y leer ese producto. El número en el que no logramos eso, hemos fracasado en nuestra empresa.
"Página 12" surgió para responder a una necesidad de la sociedad argentina, la necesidad de tener un medio que reflejase que otra Argentina era posible, que se podía construir un país pensado, dirigido y gestionado por y para el pueblo. En el suplemento mencionado los redactores de Página consideran que han avanzado mucho en ese terreno y lo justifican con hechos. Si se siguen sus escritos a diario se verá que aún queda mucho por cambiar. Lo que para mí resulta más importante es que los periodistas de Página han hecho mucho por que así sea (aquí recomiendo el análisis de Mario Wainfeld sobre el cambio operado en Latinoamérica). Han hecho periodismo político, profesional e independiente, y lo han hecho bien. Por eso también, felicidades y ánimo.
Otra de las características de "Página 12" es que innovó, rompió algunas reglas del periodismo tradicional, retó las normas de la producción y distribución de la industria editorial hegemónica (salió con tan solo 16 páginas, aunque pronto pasarían a 32). Sin llegar a triunfar (verbo que casa mal con este oficio), logró sobrevivir y desarrollarse hasta convertirse en una referencia inexcusable tanto en Argentina como en el resto del mundo (al menos para saber qué piensa la gente que piensa allí). No todo fue bonito, ni mucho menos: hubo despidos, polémicas, recortes, erratas, críticas por una razón y por la contraria… todo lo que inevitablemente acompaña a un periódico de verdad. Pero, al menos visto desde fuera, un producto periodístico de calidad y coherente sobrevivió a todo ello.
Por pura casualidad, esta misma semana en Euskal Herria, en el país de origen de bastantes familias argentinas (que conste: de todo tipo de familias, desde las más humildes hasta las más potentadas, desde las más comprometidas con los derechos hasta quienes más los pisotearon), nace un nuevo medio digital, NAIZ, dentro de un proyecto periodístico, empresarial y social que tiene algunas cosas en común con "Página 12".
Por ejemplo, aspiramos como ellos a «la práctica de un periodismo menos hipócrita que pueda asumir que siempre forma parte de una disputa ideológica y económica en la sociedad» («De medios y tecnologías» por Luis Bruschtein, sobre la Ley de Medios en el mencionado suplemento). También queremos que en nuestro pueblo se establezca un verdadero suelo democrático que supere los corsés autoritarios establecidos durante la Transición española, suelo desde el que podremos construir una verdadera alternativa en términos políticos, económicos y sociales, en nuestro caso en el contexto europeo.
En esa labor estamos, tanto hasta ahora y en adelante desde el papel con GARA, como desde NAIZ en la red a partir de ahora.