Martxelo Diaz eta Aritz Intxusta Blog
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Lección de economía para gilipollas

Aritz INTXUSTA

Cuando un tonto coge un camino, el camino se acaba pero el tonto sigue. Lo jodido es que ese tonto nos está arrastrando a todos consigo. No creo que la dirección de UPN lea esto, pero creo que le puede venir bien una clase sencilla de economía.

Lo primero es entender que es complicado medir las cosas y, a veces, se toman referencias dudosas o poco fiables. Antes del 10 de diciembre de 1799, los países medían las distancias como les daba la gana, dependiendo del tamaño del pie de cada rey y chorradas así. Antes de esa fecha y tras de un viaje alucinante y un porrón de aventuras, Pierre François André Méchain y Jean Baptiste Joseph Delambre, lograron medir el meridiano que pasa por Dunkerque y Barcelona según el calzado real. Méchain y Delambre cogieron un cuadrante de ese meridiano y calcularon cuánto sería la diezmillonésima parte de esa distancia. El resultado fue de 3 pies de rey, 11 líneas y 296 milésimas de una línea. ¡Eureka! Había nacido el metro.

Lo cierto es que Méchain y Delambre la cagaron en los cálculos y el meridiano de Dunkerque no mide 40 millones de metros. Pero daba igual, porque convencieron a todo el mundo de que era cierto y ahora es la medida que se emplea en todo el mundo para medir distancias. Bueno, en Estados Unidos no, pero yo no me voy a meter con ellos, porque en Nafarroa nos queda la robada.

Después de este rodeo, voy a lo que voy: al PIB. Si el metro está mal calculado, el PIB falla más que una escopeta de feria, por mucho que se emplee como medida hasta en EEUU. El PIB indica la suma de la compraventa en un determinado lugar y en un determinado periodo de tiempo. Los economistas dicen que cuanto más alto mejor, pero es mucho decir.

Por ejemplo, voy a calcular el PIB de una persona en un día. Si esa persona ese día no gasta nada más que cuatro euros en comer y ha ganado 40 euros currando, tiene un PIB de 44 euros. Podríamos decir que tiene un PIB de mierda.

Ahora bien, si esa persona ese día, además de comer, se compra un BMW del copón que vale 40.000 euros, la cosa cambia. Tiene un PIB de 40.044 euros y es el Rey del Mambo, el cheriff de la barraca.

Pongamos que el tipo del BMW y el PIB acojonante tenía un contrato que se acaba al día siguiente. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que el cherif de la barraca en realidad es un gilipollas.

Ahora vamos a dejar de hablar de gilipollas con BMW y vamos a hablar del Gobierno de Navarra (que es más de Phaeton). Bien. La deuda que tiene Navarra se mide en función del PIB y, si sube su PIB, parece que la deuda se hace más pequeñita. Además, si el PIB crece entraría en «la senda del crecimiento» y se acabarían todos los males. Hacer que el PIB crezca de cualquier forma resulta, entonces, tentador. 

Teniendo en cuenta todo lo anterior, llegaremos a la conclusión de que si el Gobierno de Nafarroa fuera gilipollas, se compraría un BMW. Pues casi. Se lo va a gastar todo en un tren que te cagas. Como nuestro gilipollas anterior, decidió comprar el tren de lujo antes de quedarse en el paro (o con 50.000 parados, que lo mismo da). Ahora que no tiene un duro se le ha ocurrido pagarlo más deprisa, porque así el PIB subirá más deprisa. Unos putos genios, vaya.

A los gilipollas se les suele olvidar una cosa: que los demás no lo son. Y esto no va por el votante navarro, que no peca de gilipollas, sino inocente, crédulo y naburro. Me refiero a que los que no son gilipollas son los que van a mirar las cuentas mañana. No son gilipollas los de Madrid y tampoco los de Berlín. Lo del TAV es el truco del almendruco para fingir que la economía va bien, pero está más visto que el TBO. No va a colar ni de coña. ¿A quién han pillado de asesor a la hora de maquillar las cuentas? ¿A Carmen de Mairena?

Por cierto, Urkullu, aplícate el cuento, que te veo en dirección al concesionario.

 

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