Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Atentados en Sri Lanka: de lo local a lo global, pasando por el factor regional

La reivindicación de los salvajes atentados en Sri Lanka por parte del Estado Islámico sirve para explicar la dimensión y la simultaneidad de los ataques, mayormente suicidas, y para justificar, precisamente en esa clave de apoyo exterior, la incapacidad del gobierno ceilanés a la hora de prevenirlos pese a las reiteradas alertas de varios servicios secretos.
 
Y sin entrar en su veracidad, esa reivindicación diluye asimismo la vertiente local de estos macabros sucesos, en un país marcado por fuertes líneas etnico-religiosas y escenario hasta hace un puñado de años de una guerra de exterminio de un régimen dominado por el budismo contra una minoría tamil de fé hinduísta. Un budismo que no oculta un ansia hegemónica que el año pasado llegó a tomar forma en pogromos contra la minoría musulmana de Sri Lanka.

Las pesquisas apuntan a un pequeño grupo, National Thowheeth Jama’ath (NTJ), de reciente creación y acusado de pequeños ataques a monolitos budistas.
Su objetivo, pero, han sido las minorías católica y evangélica del país, junto con sus intereses hoteleros pro-occidentales, lo que  confirma el creciente ascendiente salafista de estos grupúsculos, y apunta al regreso de algunos de las decenas de yihadistas que salieron de la isla para luchar en Siria e Irak bajo la bandera negra del ISIS o de Al Qaeda.

«Internacionalismo» yihadista que tiene a su vez una vertiente regional que a menudo se olvida. Y es que el NTJ es poco más que una sucursal del Jamaat-ul-Mujahideen India (MJU), que opera en un subcontinente que tiene y ha tenido históricamente en el deobandismo su propia  versión «extremista» del islam.

Las recientes elecciones en Indonesia, la «shariarización» de Brunei... son recordatorios de que al islam está muy presente también en el (extremo) oriente asiático. Para bien o para mal.

Bilatu