Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Atentos a la última ocurrencia de Donald (Trump)

Antes de tomar el avión para iniciar una semana de gira por Europa, Trump aseguraba que, comparado con la cumbre de la OTAN y la crisis en torno al Brexit en Gran Bretaña, «el encuentro con (el presidente ruso) Putin – el lunes en Helsinki– puede ser el más fácil de todos».  
Eso no le impidió, a su llegada ayer a la sede de la alianza militar en Bruselas, arremeter contra la Alemania de Merkel, a la que acusó de ser «prisionera de Rusia» y, colofón, tildar de «delincuentes» a los aliados «morosos» que no destinan el 2% del PIB a gastos militares.

Trump será un bocazas y todo lo que quieran, pero sabe como pocos –quizás como empresario desalmado que fue y es– manejar los tiempos y poner en evidencia las contradicciones del otro. El regodeo con el que ha reaccionado estos días en Twitter en torno a la desastrosa gestión de la UE de la cuestión de los refugiados en el Mediterráneo o a la crisis de gobierno de May son otra muestra de ello.

El caso es que, como ocurre con Twitter, todos estamos pendientes de su última ocurrencia, como si asistiéramos a otro de sus shows televisados, el de un inquilino de la Casa Blanca que repite como un mantra el agravio de EEUU con el mundo.

Trump se niega a que el imperio estadounidense, en lento pero inexorable declive, siga pagando el precio –que lo tiene, y si no que se lo pregunten a Roma– por seguir siéndolo. Y apuesta por tumbar todas las estructuras y alianzas que se cimentaron en torno a él. La guerra de aranceles contra China, el intento de socavar una unión europea aún en ciernes y ya en barrena no son más que manifestaciones de ese plan del presidente USA.

Un plan, sin embargo, que Trump no considera reñido –al contrario– con su gran objetivo: el de revitalizar el imperio. «América Primero (America First)» para que «América vueva a ser la primera».

Y mientras tanto, seguimos y seguiremos pendientes de la última salida de tono de Trump. Sin darnos cuenta, acaso, de que ese no es precisamente el problema..

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