Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Biden baja al barro y no la pifia, luego gana

Los entusiastas de Trump esperaban, y los detractores del magnate temían, que el «adormilado» Biden la pifiara, literalmente, en el primero de los tres debates-shows televisados. No lo hizo y esa es la primera noticia.

Alguien debió de asesorar y aconsejar al comedido exvicepresidente que entrara al trapo y se pusiera al mismo nivel que el deslenguado presidente en insultos y salidas de tono. Que huyera de propuestas, balances y cifras tan dadas al patinazo. Que, en definitiva, se desprendiera de esa imagen de superioridad política-intelectual tan grata a la prensa estadounidense culta, más prestigiada aquí, en Europa, que en el país que va a decidir, con el permiso de Trump, al inquilino de la Casa Blanca en los próximos cuatro años.

Biden le llamó mentiroso, racista, payaso... y otras lindezas, verdades todas ellas que quizás pillaron a contrapie a un inquilino de la Casa Blanca que pensaba en merendarse al veterano político (77 años, 46 de ellos en la alta política de Washington) al primer asalto. Y «sin que ni siquiera me haga falta preparar el debate», como alardeó horas antes.
Biden ha salido vivo, e incluso según muchos habría sido el ganador. Todo ello a costa de uno de los debates más groseros de la historia del país, lo que da la medida de la altura de la política en la «cuna de la democracia».

Otra cosa es el efecto que ello puede tener en el resultado electoral. La propia Hillary Clinton fue declarada ganadora en los tres debates que protagonizó con Trump en 2016. Lo hizo negándose a entrar en el juego de su rival. Pero, aunque ganó claramente en votos populares,  no le sirvió para lograr la presidencia. Hay quien asegura que estos shows pueden influir en los siempre ajustados resultados en los estados bisagra. Los que castigaron a Clinton

De todos modos, aún faltan otros dos cara a cara y está por ver si Biden mantiene la estrategia de bajar al barro. Porque quizás correría el riesgo  de beneficiar finalmente a quien mejor se revuelca en el lodo. Como un cerdo.

Bilatu