Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Irán y el contubernio occidental

Resulta sorprendente que el Gobierno iraní siga sin explicar cómo es posible que disponga de una «Policía del Vicio» (Gasht-e Ershad) que, con las milicias Basij,  recorre las calles y las universidades  en busca de mujeres que no se pliegan e la misógina visión de hombres que disfrazan de religión sus atávicos complejos.

Resulta aterrador que siga sin dar una versión creíble de la muerte en comisaría de una joven kurda, Mahsa Amini, detenida y aislada durante días por llevar el hijab de manera «inapropiada».

Resulta hilarante, si no fuera dramático, que Teherán responsabilice a la injerencia occidental por unas protestas que se han saldado con más de medio centenar de personas muertas y miles de detenidas por la represión.

Protestas que se suceden prácticamente con una frecuencia anual y que tienen, aunque no solo, a las minorías kurda, azerí y árabe, como avanzadilla, junto con los sectores reformistas y más occidentalizados de Teherán y de otras ciudades del país.

Resulta dramático que el país heredero de la antigua Persia siga lastrado por una visión arcaica que secuestró en 1979 una revolución popular y que se sostiene con la constante apelación al mito de nuestro tiempo: el de una geopolítica maniquea.

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