Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Los palestinos y la soledad estratégica

No por esperada, la normalización de relaciones –que ya existían sotto voce– entre dos satrapías del Golfo e Israel deja de ser un durísimo golpe para las aspiraciones palestinas. Y no por el seguidismo de Bahrein, monarquía suní que medra en la discriminación de la mayoría chií agitando el fantasma de Irán, sino por el ascendiente de los Emiratos, desproporcionado en relación a su tamaño y población, pero más acorde con sus reservas energéticas y su ambición.

Los EAU son la punta de lanza de los regímenes del Golfo, lo que sirve a una Arabia Saudí que no vive sus mejores tiempos (Yemen, crisis económica...) para mantener un perfil bajo.

No es extraño, pues, que la Liga Árabe no haya aprobado una declaración de condena de esta penúltima traición al pueblo palestino.

Un pueblo que, con la excepción de Qatar –que mantiene económicamente a la abandonada Franja de Gaza pero paga su sostén a los Hermanos Musulmanes palestinos (Hamas) con el bloqueo del resto de países del Golfo– no espera ya nada de sus hermanos árabes y cuenta solo con el apoyo de potencias no árabes como Irán (persa) y Turquía.

Todo un drama para los palestinos, que deben precisamente su razón de ser política a su condición de árabes en tierra confiscada y ocupada por Israel. Algo tendrán que pensar para salir de un callejón sin salida, ni armada ni política. Quizás empezar a confiar solo en ellos mismos. Unos de otros.

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