Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

May juega con el Brexit esperando que no haya un EUxit

Consciente de que su plan B era un mal calco del plan A y que, por tanto, cosecharía un rechazo similar al que sufrió a mediados de enero su propuesta de acuerdo de salida ordenada de la UE, la premier decidió apoyarse en los Brexiters y en los unionistas norirlandeses para presentar un plan C que no es sino una vuelta al punto de partida, un regreso al kilómetro inicial (plan Cero).


Theresa May ha logrado, esta vez, el aval de los Comunes para proponer una renegociación del acuerdo con el objetivo de sustituir la salvaguarda irlandesa (backstop) por no se sabe qué tipo de solución tecnológica que permita que el norte y el sur de Irlanda tengan y no tengan a la vez una frontera para los intercambios comerciales entre la UE y un Reino Unido «independiente».


A costa de tragarse su orgullo –hasta  ayer no dejaba de repetir que no había alternativa alguna al acuerdo sobre el backstop–, la inquilina del número 10 de Downing Street vuelve a ganar tiempo e intenta atemorizar a Bruselas –y arrancarle nuevas concesiones– con el riesgo de un brexit sin acuerdo (no deal), la misma táctica que tan poco rédito le ha dado hasta ahora para domeñar a Brexiters y Remainers (partidarios de seguir en la UE) y forzarles a aceptar, aun a regañadientes, su propuesta inicial.


Sin duda el cálculo, más que de May de Brexiters como Boris Johnson, pasa por la esperanza de que una Europa en horas bajas sea incapaz de aguantar el órdago británico y se avenga, finalmente, a transigir. El riesgo es que, a falta a su vez de buenas cartas, y frente a a amenaza de un Brexit sin acuerdo, Bruselas le responda con un EUxit.

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