Dabid Lazkanoiturburu
Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea

Puente «anticorrupción» ucraniano para tanques occidentales

Volodimir Zelenski arrasó con el 74% de votos en las presidenciales de 2019 con dos promesas: de un lado, negociar un acuerdo de paz con Rusia para acabar con la guerra en el Donbass y, por otro, luchar contra la corrupción, de la que su rival y entonces presidente, Petro Porosdhenko, «el rey del chocolate», era y es uno de sus exponentes más acabados.

Tres años después, la guerra del Donbass se ha extendido a toda Ucrania, y corre el riesgo ya de sobrepasar sus fronteras. Sin obviar su responsabilidad por acción u omisión,  cabe exculparle habida cuenta de que fue Rusia la que el 24 de febrero de 2022 pulsó el botón con el inicio de la invasión.

Menos disculpa tiene el inmovilismo de su gobierno para frenar a los corruptos oligarcas y a la corrupción. A modo de ejemplo, tardó hasta el pasado mes de julio en nombrar al fiscal anticorrupción.

Parálisis comprensible ahora, cuando resulta que esta lacra ha enfangado hasta su círculo más cercano, el del equipo de jóvenes idealistas limpios entonces de pelo y paja que llegaron al poder a su vera.

¿Por qué ahora? Probablemente, para allanar con un puente ad hoc la llegada de los pesados y preciados tanques occidentales con su sistema de tracción oruga.

Nada de atajar una lacra que sitúa a Ucrania en el puesto 122 del índice de países corruptos de Transparencia Internacional. Solo le queda el triste consuelo de que su enemigo, Rusia, incluso le supera (137) en corrupción.

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