Buena parte de los análisis que, desde Rusia y desde los que, solidarizándonos con las víctimas ucranianas, no nos sumamos al coro que responde a la guerra con soflamas guerreras, insisten en la necesidad de garantías de seguridad para Moscú –léase neutralidad de Ucrania y stop a la ampliación de la OTAN–.

Pero se obvian las garantías de seguridad que exige asimismo Ucrania. Y no solo. que también, desde que ha sido atacada e invadida.

El problema viene de antes y se remonta a la disolución de la URSS y la independencia de las repúbllcas que la conformaban. En aquella separación «amistosa», Ucrania  contaba con un tercio del arsenal nuclear y muchas infraestructuras industriales y científicas atómicas y, en la lógica del deshielo, en 1994 renunció a ellas a cambio de que EEUU, Gran Bretaña y Rusia garantizaran su seguridad. A la vista está que, en distintos grados, no lo han hecho.

Rusia ha blandido su potencial nuclear para advertir contra una implicación mayor de la OTAN en la guerra.

¿Habría Rusia entrado a saco en Ucrania si esta hubiera mantenido su arsenal nuclear? ¿Por qué a Corea del Norte no le toca nadie y a Irak se la invadió? Por seguridad «nuclear». Rusia la tiene. Ucrania no. Y la quiere, de EEUU, Gran Bretaña y Turquía. Atención al dato. Y a las ausencias.