En una encuesta le preguntaron a un amigo si se definiría como nacionalista o como abertzale; es decir, le pidieron que eligiera entre una de las dos opciones. Para su sorpresa, porque esos dos conceptos significan exactamente lo mismo.

Abertzale es un neologismo creado por Sabino Arana. Es la forma euskérica con la que los primeros nacionalistas vascos se definieron a sí mismos y que, curiosamente, se ha enraizado con más fuerza en el nacionalismo de izquierdas, porque parece que nos da vergüenza decir que somos nacionalistas. Ese adjetivo se lo dejamos, en todo caso, al entorno del PNV, convirtiéndonos así en víctimas de la llamada «leyenda negra» del nacionalismo, fomentada precisamente por la izquierda. Según esta, el nacionalismo es portador de todo tipo de males: debilita la solidaridad internacionalista, sustenta la xenofobia, es una ideología ultraconservadora, no reconoce la pluralidad interna de las sociedades y, sobre todo, alimenta el enfrentamiento en la ciudadanía y daña la cohesión social.

Sin embargo, el nacionalismo (con o sin Estado) es una corriente de pensamiento que está en relación directa con el nacimiento de la democracia y el concepto de soberanía popular. Una nación es una comunidad que se imagina a sí misma soberana políticamente. Esto sería impensable sin la idea de un «pueblo soberano», con capacidad de decisión, base fundamental de la democracia. Aún así, el nacionalismo puede ser ultraconservador y xenófobo. Y lo es en muchos casos. Pero el nacionalismo vasco puede ser democrático, cívico, autogestionario, comunitarista, europeísta, socialista, ecologista, cooperativista, socialdemócrata, aliado de la comunidad LGBTQ, antiespecista, neoliberal o promotor de la convivencia entre diferentes culturas e incluso entre identidades nacionales. Las personas abertzales nos adherimos a uno o a varios de esos conceptos, pero no existe una extrema derecha nacionalista vasca. Los nacionalistas vascos deberíamos ir con la cabeza bien alta y sin complejos. Mi amigo no dudó al responder: abertzale. Por si acaso.