Patxi Irurzun
Elkarrizketa
Nico Lieutier
Bajista de La Vela Puerca

«‘Discopático’ es un disco de música alegre y canciones reflexivas»

El grupo uruguayo La Vela Puerca regresa a Euskal Herria al cabo de tres años con disco nuevo bajo el brazo, ‘Discopático’, un trabajo publicado por el sello navarro El Dromedario Récords. Hablamos con Nico Lieutier ‘Mandril’, bajista de la banda.

El grupo uruguayo La Vela Puerca regresa a Euskal Herria al cabo de tres años.
El grupo uruguayo La Vela Puerca regresa a Euskal Herria al cabo de tres años. (NAIZ)

A sus espaldas hay veinticinco años de recorrido y una docena de discos, pero sus nuevas canciones suenan frescas. Vienen de reventar estadios en su Montevideo natal, pero en Euskal Herria se sienten como en casa. Aquí tienen también cientos de seguidores, un buen puñado de amigos e incluso la discográfica de este nuevo trabajo. 

Reconocen, además, haber mamado de grupos como Barricada y La Polla. Su regreso es una buena oportunidad para reencontrarse con ellos y bailar sus nuevas canciones y corear los viejos himnos. Tocarán el viernes 27 en la sala Santana (Bilbo) y el 28 en Tótem (Iruñea). 

¿De dónde viene el extraño título de este nuevo disco, ‘Discopático’?

Este disco fue compuesto de una manera diferente a los anteriores, donde nosotros arrancábamos siempre de la melodía de la voz para componer la música. Esta vez al Enano, el cantante, que es quien por lo general solía hacer esas melodías, se le ocurrió arrancar desde la música afro, desde un tipo de música que hace como líneas de bajo que crean un ambiente mantra. Él tenía varias ideas que había grabado con la voz en su móvil, se reunió conmigo y así empezamos haciendo las bases. Por eso el nombre inicialmente quería referirse a la música negra o afro, pero buscando esa palabra derivó hacia otra cosa, surgió un poco el chiste, cuando el Enano tuvo problemas en la espalda, no podía doblarse y, al ir al médico, le dijo que tenía una discopatía, y él le contestó que eso él ya lo sabía, porque eso debía de ser la enfermedad por los discos. Así fue como surgió esa palabra que, en realidad, no existe pero elegimos porque reunía varias cosas que nos gustaban.

‘Discopático’ fue grabado entre agosto del año pasado y febrero de este. Supongo que esos meses todavía de pandemia habrán afectado a la composición, la producción…

En realidad, nos empezamos a juntar para este disco en marzo de 2020,  apenas había empezado la pandemia, y en dos meses ya estaba todo ese trabajo prácticamente hecho; es decir, cuando empezó todo las bases ya estaban y la música no se vio tan afectada. Las letras fueron escritas al final y sí tienen alguna reminiscencia, pero en realidad son letras bastante atemporales, son reflexiones, vivencias, del Enano, sobre todo, que es quien más escribe…
Es un trabajo con canciones bastante vitalistas, optimista.

Me gustó más la palabra que empleaste primero, vitalista, que optimista: vitalista es el rescate de la vida, como oposición a la muerte, algo que rescata la alegría pero puede incluir también en ese rescate la tristeza, o sea, la vida como es. Vitalista me parece más realista que optimista. De hecho, en realidad este disco alegre no es, se puede decir que es un disco de música alegre y letras más bien reflexivas, con el que te puedes encontrar lavando los platos y moviendo la patita, pero estás cantando una cosa que es bastante oscura. Puede ser esa mezcla.

Es un disco con ritmos muy bailables, pero también hay medios tiempos, canciones más rockeras ¿Han intentado incluir todos los gustos e influencias del grupo?
Yo creo que hay como cinco o seis canciones que son el eje de disco, que salen de esa línea de bajo que comentaba antes, y que le dan un tempo bastante bailable, después hay unas pinceladas por aquí y por allá de otras cosas, una lenta, un rock más furioso, alguna que no sabría cómo definirla… Pero, en general, está bastante equilibrado siempre alrededor de esa idea del bajo.

En el sonido, tan contundente y a la vez tan cristalino, supongo que habrá tenido mucho que ver la producción de Ale Vázquez.

Fue un placer trabajar con Ale Vázquez, el argentino. Siempre es un desafío encontrarte con alguien que no conoces, alguien que nos habían recomendado. Hasta que no estás en la cancha no sabes cómo va a funcionar, pero lo hizo de manera óptima, en lo humano fue increíble, supo dejar a cada miembro de la banda contento, lo cual es casi un milagro, y en lo musical, sobre todo en el sonido, fue un paso adelante, porque en los últimos discos veníamos haciéndolo nosotros y es un salto de calidad. Él también creo que nos fue descubriendo y adaptándose, se creó una linda simbiosis. Además, Ale fue un trabajador incansable, llegó a acostar una noche al Enano, que es ‘inacostable’, a las seis de la mañana…

Hay varias colaboraciones en el disco, como Andrea Echeverri, de Aterciopelados, ¿qué nos puede contar sobre ellas?

Lo de Andrea surgió en el último momento. Habíamos hecho todo el disco solitos y nos pareció que podíamos darnos el lujo de invitar a alguien a quien admirábamos. Contactamos con ella y enseguida le gustó la idea, y la verdad es que estuvo buenísimo, porque la canción venía por otro lado, pero ella la llevó a su mundo, a su terreno, le dio su rocanrol, y se transformó en una canción nueva, mejor. Luego está Diego Arquero, que es un colega muy joven montevideano, que vive muy cerca de donde ensayamos

y de donde grabamos, un rapero, muy amigo del Enano, que se crió en Sevilla, por eso tiene ese acento. Su participación fue muy natural. Y a ultimísimo momento llamamos a Tito de Molotov, a quien conocemos de hace muchos años, por si quería meter su guitarra y puso un solo muy histriónico, muy suyo, al final de un tema. Son colaboraciones muy escuetas, pero que le dan mucho nivel al disco.

¿Cómo es regresar a Euskal Herria, donde La Vela Puerca tiene tantos seguidores y amigos, y cómo van a ser los conciertos?

Para nosotros ir a tocar al País Vasco siempre tiene un sabor muy especial, porque cuando formamos el grupo veníamos muy influenciados por grupos como Barricada, La Polla y todos esos grupos que hicieron tanta historia, por la forma de hacer las cosas, las letras. Cuando teníamos 20 años mamábamos de todo eso, con un respeto impresionante, así que la primera vez que vinimos a conocer el País Vasco y su gente nos enamoraron. Luego hemos vuelto más veces. No es por pasarles la mano, pero es un lugar que amamos, tenemos amigos y es como otra casa para nosotros.

En cuanto a los conciertos que venimos haciendo, no presentamos todo el disco porque está recién ha salido y no nos parece que la gente se tenga que comer doce canciones que igual todavía no conoce, haremos seis y también canciones viejas. Es una gira de reencuentro. Después de tres años que no venimos, creo que la gente quiere bailar y divertirse, más que a apreciar temas nuevos.