Xandra  Romero
Nutricionista

¿Cómo mejorar la relación entre la comida y nuestro cuerpo?

Seguro que esta cuestión no es nueva para muchos, sin embargo, puede que sí sea novedoso el hecho de que se pueda mejorar la relación con la alimentación y con el cuerpo sin cambiar absolutamente nada de la dieta y del cuerpo. Circula una cita en internet que viene totalmente al dedo para contextualizar, tras esta introducción, el artículo de hoy: ‘Tu dieta no es solo lo que comes… es lo que ves, lo que escuchas, lo que lees, la gente de la que te rodeas y todo aquello con lo que alimentas tu mente y tu alma. Ten mucho cuidado con las cosas que eliges introducir en tu cuerpo, emocional y físicamente’.

Y es que muchas veces tratamos de cambiar la forma en la que nos alimentamos poniendo en ocasiones en riesgo nuestra salud, así como en otras tantas ocasiones creemos poder cincelar nuestro cuerpo a nuestro antojo. Sin embargo, muy pocas personas se paran a cuestionar las ideas o pensamientos que les han llevado hasta ese punto.

La pregunta pasa a ser, si tengo una mala relación con mi cuerpo y la comida ¿es cuestión del cuerpo o la alimentación que tengo o de lo que he creído y me han hecho creer sobre cómo deben ser?.

Por eso, hemos hablado largo y tendido de la influencia (negativa) de las redes sociales (RRSS) en relación a nuestra propia imagen corporal; así, un reciente estudio de la Universidad de Pittsburgh ha concluido que aquellas personas que pasan más tiempo en las redes sociales, dicen tener problemas con su imagen corporal y sus hábitos alimenticios más a menudo que quienes las utilizan menos.

Esto coincide con la información obtenida de otros estudios que indican que mirar imágenes y vídeos de comida pueden provocar respuestas psicológicas y comportamentales que lleven a conductas problemáticas, hábitos alimenticios insanos y problemas de peso. Y es que toda esta exposición a la comida que observamos cada vez que entramos a alguna de estas redes, aunque parezca aparentemente inocua, influye en los hábitos alimenticios. El contexto que nos rodea en las RRSS influye más de lo que pensamos a la hora de elegir cierta comida.

Del mismo modo, cuando buscamos información sobre salud, alimentación o ejercicio físico en las RRSS, aunque se haga de forma inconsciente, acaba influyendo en las decisiones sobre nuestra salud.

Entonces, la siguiente cuestión sería preguntarse: ¿cuántas horas pasamos viendo contenido sobre alimentación, ejercicio físico, cuerpos estéticamente aceptados, o viendo recetas de cocina, mayoritariamente de cocina ‘healthy’ o válida dentro de un plan de alimentación restrictivo? ¿Cuánto contenido aleatorio sobre estos temas nos muestra el algoritmo de Instagram o Tiktok? Y es que, si queremos cambiar la relación que tenemos con la comida y el cuerpo, primero deberíamos ser conscientes de qué contenido tóxico consumimos literalmente y qué nos aleja de ese objetivo.

Sin embargo, no todo está en las RRSS. Dice la cita con la que se inicia el artículo que la dieta también está constituida por las personas de las que nos rodeamos, y es que no en pocas ocasiones las personas nos rodeamos de otras con peor relación con la comida y la imagen corporal, personas que viven literalmente a dieta y cuyo único tema de conversación circula alrededor de esto. Por eso, conviene tomar conciencia de las conversaciones que mantenemos y sobre las personas que nos rodean para poder poner ciertos límites que nos sirvan para cuidarnos de la influencia que esto tenga sobre nuestra salud física y mental.

En este sentido, numerosos estudios han mostrado una relación estadísticamente significativa entre los comentarios y la presión por parte de la familia, los amigos y los medios para ajustarse a las normas de belleza estándar y una mala autoimagen.

Por último, también podemos acudir a un profesional sanitario, en este caso, psicóloga/o, psicoterapeuta y/o dietista-nutricionista que trabajen de forma inclusiva, individualizada y respetuosa, que nos ayuden a cambiar del enfoque estético a un enfoque de salud integral.