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La ESA utiliza boyas para rastrear vía satélite la acumulación de basura marina

Un proyecto dirigido por la Agencia Espacial Europea (ESA) ha desarrollado transmisores flotantes rastreables para ayudar a guiar un modelo de software sofisticado de acumulación de basura plástica marina.

 Software de seguimiento de basura marina.
Software de seguimiento de basura marina. (ESA)

Cada minuto, el equivalente a un camión cargado de plástico ingresa al océano global. ¿Dónde termina ese plástico? Simplemente, en este momento los investigadores no lo saben.

En una versión de alta tecnología del sistema de arrojar al mar un mensaje dentro de una botella, se desplegaron prototipos de boyas rastreables en aguas de Indonesia, cuya miríada de islas da como resultado algunas de las corrientes más complejas e impredecibles de la Tierra.

Hechas de madera para una máxima sostenibilidad, las boyas, de 11 por 7 centímetros, fueron desarrolladas por la organización francesa Collecte Localization Satellites (CLS), conocida por supervisar el seguimiento satelital de animales marinos, boyas y flotas pesqueras utilizando su sistema de geoposicionamiento Argos.

CLS ha aprovechado la experiencia previa con basura plástica marina en Indonesia para el despliegue de las nuevas boyas. Anteriormente, se asoció con el Ministerio de Asuntos Marinos y Pesca de ese país para ayudar a guiar los esfuerzos de recogida de desechos. El plan nacional indonesio de contaminación marina se compromete a reducir los desechos plásticos en un 70% para fines de 2025.

Las fuentes y la deriva

Junto con las boyas de seguimiento, el proyecto Marlisat también implica aprovechar las imágenes de observación de la Tierra para detectar fuentes de plástico y pronosticar el movimiento de la basura plástica marina y las áreas de acumulación utilizando un modelo CLS de deriva oceánica ya existente llamado Mobidrift.

Mientras tanto, el socio del proyecto Pixalytics en Gran Bretaña ha estado desarrollando un algoritmo de aprendizaje automático capaz de detectar la acumulación de plástico a lo largo de las playas y los puntos críticos del océano a partir de imágenes de satélite.

«La fortaleza de este proyecto es la combinación de observaciones satelitales, datos in situ y modelado numérico», comenta en un comunicado Marc Lucas, oceanógrafo senior de CLS. «También es genial haber trabajado en un tipo más sostenible de balizas Argos, con madera empleada para la carcasa. Como científicos, tenemos el deber de trabajar hacia un enfoque más sostenible de la ciencia».

Las boyas se lanzaron a fines de mayo y se rastrearon en tiempo real a través de un portal específico. Equipadas con baterías para una vida útil de aproximadamente 100 días, sus resultados están ayudando a optimizar los parámetros del modelo de deriva.