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La huella energética media del barrio de Errekaleor es un 24% inferior a la de la CAV

Un estudio de la UPV-EHU analiza tanto la energía empleada de manera directa como la utilizada en la producción de bienes y servicios consumidos, y concluye que la vida comunitaria genera un impacto notablemente inferior.   

Estitxu Villamor Y Ortzi Akizu-Gardoki, dos de los autores del estudio.
Estitxu Villamor Y Ortzi Akizu-Gardoki, dos de los autores del estudio. (EHU-UPV)

Un estudio realizado por los grupos de investigación Ekopol y Life Cycle Thinking Group, ambos de la UPV-EHU, ha llegado a la conclusión de que «la forma de vida comunitaria alternativa genera una menor huella energética».

Para ello han analizado la huella energética que producen las personas residentes en el barrio gasteiztarra de Errekaleor –la mayor comunidad eléctricamente independiente de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa–, y la han comparado con la media de la ciudadanía de la CAV y del Estado español.  

Para llevar a cabo los cálculos se ha tenido en cuenta no solo la energía primaria consumida, sino también los flujos de energía ocultos, los que se emplean para producir los bienes y servicios que se consumen. La combinación de ambos es lo que se denomina huella energética y para su cuantificación han utilizado por primera vez una metodología denominada Input-Output.

Según los investigadores, este indicador es clave para «hacer un diagnóstico real del consumo energético de un país y, por tanto, para diseñar políticas de transición energética».

Los resultados muestran que el consumo energético de los hogares de Errekaleor (4,46 MWh por habitante y año) es, por término medio, un 32% superior al de la CAV, pero su huella energética (31,10 MWh por habitante y año) es un 24% inferior por término medio.

Reducir el consumo

«Esta diferencia se debe al consumo indirecto de energía embebida en productos y servicios», explican los autores del estudio. «Esto demuestra que los principales factores que condicionan la huella energética están relacionados con el consumo material de cada persona», añaden.

«El modelo de consumo ilimitado de la sociedad actual ha generado ya una crisis de energía y recursos. Por tanto, es innegable la necesidad de reducir el consumo energético de los países del norte global», apuntan los miembros de Ekopol y Life Cycle Thinking.
 
Los investigadores han observado que en el propio barrio gasteiztarra «los distintos tipos de vivienda provocan grandes diferencias en la huella energética. Las personas agrupadas en familias producen una huella 33,5% menor que los que viven solos». De hecho, estas últimas generan una huella energética superior a la media de los habitantes del conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

El trabajo, disponible al completo en inglés en ScienceDirect, lo firman Estitxu Villamor, Ortzi Akizu-Gardoki, Jukka Taneli Heinonen y Gorka Bueno.