Sergio Iglesias
Elkarrizketa
Iván González
Cantante de Budasam

«Hay que utilizar la escritura sin miedo a las consecuencias»

La banda bilbaina vuelve con una formación renovada, y con ‘Nada es para siempre’, un disco en el que dan salida a todas esas influencias y referencias del hard rock clásico que tan importantes han sido para ellos.

Componentes de Budasam.
Componentes de Budasam. (Javier Mendoza)

El disco arranca con un barrido de radio, donde podemos escuchar fragmentos de canciones de bandas clásicas del hard rock, como Europe, Bon Jovi, Poison, Ozzy Osbourne o Kiss… ¿Había una intención de hacer una declaración de intenciones, ya desde la primera canción?

Sí. El barrido de radio con todos esos clásicos era para situar a la gente en lo que va a ser esa canción y el resto del disco. Puede ser un poco osado, porque estás poniendo bandas casi sagradas, pero se trataba de ubicar al oyente en ese viaje a los 80, que es de lo que va el disco, y que viene de todas esas charlas que surgieron en las horas muertas de la pandemia; si te das cuenta, con la edad siempre tendemos a hablar del pasado y de lo bonitos que eran aquellos tiempos, y como nos gusta mucho la música de esa época, decidimos tirar por ahí en cuanto a sonidos y referencias, ya que, aparte de este tema, hay más guiños y riffs ochenteros a lo largo del disco.

¿Fue más sencillo conseguir ese sonido que estaban buscando, al contar con Pedro J. Monge en la producción?

Cuando le dije que iba a ser más ochentero, me dijo que le gustaba la idea. Aunque él esté más metido en el tema del hardcore, el trash o el metal, es muy bueno como productor y sabe adaptarse a todo. Desde el principio, entendió a la perfección lo que queríamos conseguir y, aunque nos ayudó sugiriéndonos algunos arreglos, se ha ceñido a lo que quería la banda. Creo que el resultado ha sido muy bueno.

De todas formas, aunque es cierto que hay mucho hard rock clásico a lo largo del disco, también tocan otros palos muy diversos. ¿Se ha convertido esa variedad estilística en un sello de identidad de la banda?

Con el primer disco recuerdo que dijeron, a modo de crítica, que parecía ‘un poco verbenero’, en el sentido de que no nos definíamos en un estilo… y sin embargo, yo creo que eso es lo bonito: que cuando estés escuchando un disco, no sepas lo que va a pasar en la siguiente canción, y que te sorprenda. Al final, yo he escuchado muchas cosas diferentes y, a la hora de hacer mis canciones, eso es lo que quiero plasmar, con mayor o menor fortuna, y con nuestro estilo.

«Es bonito que, cuando estés escuchando un disco, no sepas lo que va a pasar en la siguiente canción, que te sorprenda»

¿El título del disco, ‘Nada es para siempre’, está relacionado con los cambios sufridos por Budasam en los últimos años?

Esa canción fue de las últimas que compuse, y elegí ese título para el álbum por lo que transmite y porque, además, me ayuda a explicar la situación que ha pasado la banda. Por otra parte, es algo que cualquiera puede trasladar a su situación personal porque, al fin y al cabo, estamos hablando de una separación, y a mí me encanta que el oyente haga suya las canciones.

Sin embargo, yo siempre hablo de este tema desde el cariño y quedándome con los buenos momentos. De hecho, en el concierto de presentación del disco estuvieron Rubén y Raúl tocando un tema, y fue un momento muy especial ya que, como dije aquel día, ‘nada es para siempre, pero qué bonito ha sido lo que hemos vivido’… lo importante es darse cuenta de que la vida son cambios y hay que adaptarse a ellos, siempre mirando al pasado con cariño. Además, hablando del título del disco, también ha sido importante el trabajo del tatuador Danny Ochoa, que en la portada ha sabido plasmar en forma de imagen el concepto del álbum. Nada es para siempre…

«Lo importante es darse cuenta de que la vida son cambios y hay que adaptarse a ellos, siempre mirando al pasado con cariño»

Pero los supervivientes, que son el guitarrista Kike Herrero y usted mismo, sí que creen que Budasam es para siempre, y por eso han seguido luchando por la supervivencia de la banda, ¿no?

Sí, claro. Pero es cierto que hubo momentos muy duros, en que nos llegamos a plantear cosas, y le dimos muchas vueltas a la cabeza cuando nos volvimos a quedar sin banda. De todas formas, las canciones estaban ya hechas e iban a salir sí o sí. En realidad, lo que corría peligro era el directo, pero no la obra, y si no hubiéramos encontrado gente, habríamos sacado el disco igual, porque teníamos ganas de que la gente lo escuchara.

¿Y cómo reclutaron a los nuevos miembros de la banda?

Pues al batería, Ander Mendoza, lo conocí por medio de una amiga que me mandó unos videos, en los que salía tocando, y vi que lo hacía de puta madre; así que, investigando, me enteré de que era de Rekalde y me puse en contacto con él y con su aita, porque es un chaval muy joven. Le dijimos que viniera a probar, y en el primer ensayo ya vimos que era la persona que necesitábamos; Javi Vilumbrales, en 2011 ya contactó conmigo, porque le gustaba mucho lo que hacíamos y quería ser parte de la banda, lo que pasa es que en ese momento no pudo ser, porque ya había otro bajista, y él ya empezó con Indomables y, posteriormente, con Mary Rockings. Así que ahora, cuando hemos tenido la oportunidad, le hemos llamado para que se una al grupo. Lo bueno de Javi es que, aparte de ser muy buen músico, también es muy buen tío, y eso para nosotros es muy importante porque los viajes son muy largos; finalmente, a Carlos Mercury le entré directamente en un concierto de Angelus Apatrida en Gasteiz, porque lo conocía de Facebook y sabía que tocaba. Al principio tuvo dudas, pero le encantó el rollo que vio en el local y se quedó… tuvimos mucha suerte de que, en ese momento, no estaba con ninguna otra banda.

Portada del disco ‘Nada es para siempre’, de Budasam. (Javier MENDOZA)

¿Y qué han aportado al grupo estas tres incorporaciones?

La verdad es que el disco ya estaba prácticamente hecho cuando entraron, y lo que hicimos fue pasarles las maquetas que teníamos y las canciones que se iban cerrando con Pedro. Reconozco que el proceso ha sido un poco lioso para ellos, porque ya teníamos la fecha de presentación del disco, y ha habido que hacer mucho trabajo en los ensayos. Ha tenido mucho mérito lo que han hecho, ya que a ellos lo que más les preocupaba era aprenderse las canciones para el concierto. Así que lo que hice fue explicarles que lo importante en directo era coger las partes de las canciones que mejor funcionan, y ahí es donde se ha notado la experiencia y las habilidades de cada uno.

Si hablamos de las letras, nos encontramos con muchos relatos callejeros, del día a día, pero tampoco esquiváis la crítica social…

Nosotros siempre hemos hecho mucha crítica social y en mi caso, como escritor, la escritura me ayuda a expresar cosas que, a veces, no se pueden decir porque, aunque nos quieran hacer creer lo contrario, vivimos en un lugar donde no existe la libertad de expresión. Pienso que hay que utilizar la escritura sin tener miedo a las consecuencias, porque estamos tan adoctrinados, que parece que hay cosas de las que no se puede hablar, porque siempre hay que ser demasiado correcto. En ese sentido, escribir me ayuda a quedarme muy a gusto diciendo lo que me da la gana, a menudo de una manera un poco ambigua, jugando con las frases y los dobles sentidos, para que cada uno interprete las canciones como quiera.

Pero aparte de esos temas más críticos, también hay otros más oscuros, algunos más personales, otros más cotidianos… me gusta hablar un poco de todo. Como te decía, hay que utilizar las canciones porque es el arma que tenemos, y por eso doy mucha importancia a las letras.

«Estamos tan adoctrinados que parece que hay cosas de las que no se puede hablar; siempre hay que ser demasiado correcto»

El pasado mes de mayo presentaron oficialmente ‘Nada es para siempre’. ¿Cómo fue el concierto?

Fue muy bonito volver a encontrarnos con los de siempre y con todos los que se han sumado, con la incorporación de los nuevos miembros de la banda. Por ejemplo, la entrada de Ander nos ha abierto la puerta a una franja de edad joven que no teníamos hasta ahora; ver esa savia nueva es una gozada, y te da alegría pensar que el bautismo de estos chavales en este tipo de música fue con Budasam.

Pero lo mejor fue comprobar que la gente se había escuchado el disco que, prácticamente, acababa de salir; se sabían las canciones y, para mí, ver tus frases en la boca del público es maravilloso… ese momento hace que se te olviden todos los disgustos y todas las horas de sueño perdidas por hacer esto. Creo que ver esa respuesta del público es la mayor recompensa que hay para un músico o para un compositor.