
La compañía Neuralink, propiedad del multimillonario Elon Musk, ha implantado el primer chip cerebral en un humano, según aseguró el empresario en su cuenta de la red social X (antes Twitter) de la que también es dueño. El anuncio se da nueve meses después de que la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) diera su aprobación para que la empresa comenzara a hacer estudios en humanos.
La función del implante será la de «leer» la actividad cerebral para poder transmitir órdenes que ayuden a restaurar algunas funciones cerebrales gravemente dañadas tras un infarto o una esclerosis lateral amiotrófica, que derivan en graves daños en la capacidad comunicativa.
Hasta ahora, los implantes cerebrales se han desarrollado en una sola dirección: desde el cerebro hacia el exterior (generalmente una computadora que procesa las señales), pero el proyecto de Neuralink aspira a poder trasladar información también en la otra dirección, hacia el cerebro.
«En realidad, lo que ha implantado no es un chip exactamente, sino un array de electrodos, comunicados a un sistema inalámbrico, que son capaces de emitir las señales de las neuronas que están registrando», apuntó en declaraciones a EFE el vicepresidente del Consejo Europeo del Cerebro y director del Centro Internacional de Neurociencias Cajal (CNIC-CSIC), Juan Lerma.
Esto es algo que se está haciendo en investigación básica con animales desde hace tiempo «y sin mayor problema» y que, de hecho, también se ha hecho en la corteza cerebral de humanos, con implantes de unos 64 electrodos más o menos.
Algunos grupos de investigación han conseguido implantar un zócalo en la corteza de un humano que, a través de cables, se conectaban a un ordenador que registraba o detectaba la actividad neuronal.
Se ha hecho en tetrapléjicos que no se podían comunicar, por ejemplo, y que con esta tecnología han podido mover brazos robóticos, dar órdenes o mover un puntero. «La diferencia es que ahora, Neuralink lo ha hecho sin cables, con una tecnología más refinada, pero nada más», explicó el neurocientífico.
La directora del Laboratorio de Circuitos Neuronales del Instituto Cajal del CSIC, Liset Menéndez de la Prida, hizo la misma advertencia: «Lo que ha conseguido Musk no es nuevo. Hay otras empresas que lo hacen y son líderes en el sector de los implantes».
Lo que sí es nuevo es que el implante de Neuralink permite leer una actividad neuronal gracias a un gran número de canales, a través de 1.024 electrodos, que es un dispositivo muy pequeño y prácticamente no invasivo (del tamaño de un pelo) y que gracias a una tecnología inalámbrica permite transmitir la señal en tiempo real, explicó la experta en declaraciones a EFE.
Dos tipos de implantes
Neuralink está desarrollando en paralelo dos tipos de implantes, uno para restaurar la visión «incluso en aquellos que nunca la han tenido» y otro para restablecer las funciones corporales básicas en personas con parálisis por daños en la médula espinal.
Los usuarios iniciales serán aquellos que hayan perdido el uso de sus extremidades, señaló Musk. Poco más se conoce del producto. En 2021 Neuralink publicó en YouTube un vídeo en el que aparecía un mono con un chip implantado en el cerebro jugando a un videojuego que controlaba desde la mente.
Unos meses antes, Neuralink probó con éxito en cerdos un chip que, implantado en el cráneo, permitía medir la actividad cerebral de los animales.

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