
El discurso de odio en la red social X aumentó aproximadamente un 50% y las cuentas bot no disminuyeron después de que el magnate Elon Musk comprase la plataforma en 2022, según se desprende de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California.
El trabajo, que se realizó entre el 1 de enero de 2022 y el 9 de junio de 2023 –momento en el que el propietario de la red social impidió a estudiosos y periodistas acceder a sus datos– y se ha publicado en la revista ‘Plos One’, revela que el aumento de los discursos de odio siguió una tendencia al alza hasta mayo de 2023, cuando alcanzó su pico máximo.
Según este estudio, el número promedio de publicaciones que contenían discurso de odio pasó de 2.179 semanales antes de la compra a 3.246 después. O lo que es lo mismo, se incrementaron un 50%. Además, el estudio apuntó que en ese mismo periodo la actividad en la red social aumentó un 8%, descartando que fuera responsabilidad de usuarios nuevos y afirmando que el contenido en la plataforma sí migró hacia este tono.
Como matiz, los investigadores apuntan que el incremento de este tipo de contenido empezó antes de la llegada de Musk. Fue el 27 de octubre de 2022 cuando el director general de Tesla formalizó la compra de la red social denominada entonces Twitter por unos 44.000 millones de dólares, alegando que lo hacía «por el futuro de la civilización».
En aquel momento, reconoció que las redes sociales corrían el riesgo de aumentar la polarización y aseguró que «no podían convertirse en un infierno gratis para todos, donde pueda decirse cualquier cosa sin consecuencias», sino que debían «respetar las leyes». Sin embargo, la investigación demuestra que Musk no habría conseguido el objetivo que supuestamente se propuso, ya que se registró un mayor uso de insultos homófobos, tránsfobos y racistas desde que dirige la plataforma.
Boicot de la extrema derecha
Uno de los momentos que más discurso de odio generó en X fue la campaña publicitaria de la marca de cerveza Bud Light en la que participó la actriz y activista trans Dylan Mulvaney. De hecho, se inició una campaña de boicot a los productos de esta marca por parte de grupos de extrema derecha en la que la red social jugó un papel importante.
Pese a que los ataques a personas trans aumentaron en este periodo, no llegaron a superar a los homófobos y los racistas que, aunque también crecieron, ya eran mayores antes de la llegada del magnate. Tras analizar las publicaciones, el estudio afirma que el 37% de los mensajes de odio son respuestas a otros, el 36% son mensajes nuevos, el 19% son republicaciones y el 7%, citas a otros contenidos.
Por otro lado, el estudio ha detectado que no disminuyeron las cuentas bot –cuentas automatizadas que simulan interacción en redes–, sino todo lo contrario, pues el estudio ha percibido un aumento de las que promovían criptomonedas. Un negocio por el que tanto Musk, como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para quien trabaja desde el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), han apostado en diversas ocasiones.
Para explicar la deriva de odio de X, los investigadores apuntan a la disolución del Consejo Asesor de Confianza y Seguridad, que asesoraba sobre la moderación de contenido, y la migración de algunos usuarios a otras redes sociales, precisamente por la desorientación de la empresa de Musk. «La prevalencia del odio online está relacionada con crímenes de odio fuera. Las víctimas de odio a menudo informan de un bienestar psicológico disminuido», han alertado.

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